Cuando ayer contemplábamos las imágenes de los trabajadores tomando la calle, ante el nubarrón que ha hecho despertar a la gente de su pasiva actitud de los últimos años, nos dábamos cuenta de que hasta que no le han visto las orejitas ( orejazas ) al lobo y han comenzado las buenas gentes a preocuparse de lo que les puede ocurrir a corto y medio plazo, con la espada del paro sobre sus cabezas, aquí nadie daba la alarma y a todos les parecía que este país era el de las mil maravillas. Esto era jauja.
Esta situación que ha pasado del rosa al negro, debiera hacernos reflexionar a todos, pero muy especialmente a los que hoy tienen de 20 a 50 años. Éstos serán los protagonistas del mañana, cuando se encuentren en el umbral del envejecimiento de una población que – de no percatarse hoy y tomar las medidas para evitarlo- pudieran ser las victimas de una serie de cambios profundos en la estructura social que les pueda afectar en gran manera..
Hoy, la sociedad no es consciente de la carencia de infraestructuras para atender a los mayores del mañana, que hoy son jóvenes o de mediana edad. Ellos debieran implicarse en todos los movimientos sociales de carácter reivindicativo para mejorar la situación de los ancianos de hoy, si no quieren progresivamente ir perdiendo derechos para el mañana.
Ese “Mañana serás tú” lo que hoy somos los ocho millones de ancianos españoles, debiera hacerles reflexionar, y no esperar verle (igual que a ocurrido ahora, con el derrumbamiento del tejido laboral) las orejas al lobo cuando ya no existe solución.
De continuar como hasta ahora, mañana puede ser tarde.
Hoy, la sociedad no es consciente de la carencia de infraestructuras para atender a los mayores del mañana, que hoy son jóvenes o de mediana edad. Ellos debieran implicarse en todos los movimientos sociales de carácter reivindicativo para mejorar la situación de los ancianos de hoy, si no quieren progresivamente ir perdiendo derechos para el mañana.
Ese “Mañana serás tú” lo que hoy somos los ocho millones de ancianos españoles, debiera hacerles reflexionar, y no esperar verle (igual que a ocurrido ahora, con el derrumbamiento del tejido laboral) las orejas al lobo cuando ya no existe solución.
De continuar como hasta ahora, mañana puede ser tarde.
Un blog muy interesante. Soy un jubilado de 74 años residente en un pueblo de Murcia.
ResponderEliminarTal como se dice ahora, los viejetes somos "invisibles" para la sociedad. Sobre todo para los políticos, que nos utilizan (con engañiflas)para el voto.
Enhorabuena por el blog.
http://www.mayoresdesantomera.com