Parece mentira, pero asi es. La movida llevada a cabo en las últimas semanas se debe a todo cuanto se mueve al rededor de ese dichoso balón en tecnicolor, que hace que el fútbol se convierta en el "Deporte Rey".
Desde los más pequeños a los más ancianos de todo el mundo mundial hemos estado como enloquecidos por el resultado final del Campeonato que ha reunido a los mejores equipos y claro, como encima han ganado los nuestros, la euforia se ha desbordado hasta límites insospechados.
Durante este evento deportivo, la gente se ha olvidado de crisis, de paro y de cienmil puñeterias de esta perra vida. Y los ancianos, ni te cuento. Todos los viejos del lugar hemos echado el cerrojo del olvido a esa vida reglada y metódica que se suele llevar cuando se llega al humbral de la ancinidad. Con el atracón de emociones fútboleras, parece ser se nos han evaporado todos los males y eso que hemos dado esquinazo a los cuidados con el colecterol, a la hipertensión (buenos estabamos como para que se nos tomase la tensión tras uno de los emocionantes partidos de la "Roja". No nos ha costado nada el memorizar todas las diabluras de los Iniesta, Villa, Casillas, Puyol y esa cuadrilla de jugadores que magistralemente dirige Vicente del Bosque. No nos hemos acordado del tabaco puesto que ya lo teniamos en el olvido, pero sin embargo nos ha importado un rabano tomar una copita de más o varias cervezas bien fresquitas. Hemos dormido placidamente soñando con más triunfos, y no dando mil vueltas en la cama como es habitual.
En una palabra, hemos formado parte de esa locura colectiva que nos ha llevado a lo más alto del podium de los triunfadores, como si nosotros mismos hubieramos metido los goles.
En definitiva nos hemos comportado como unos locos de atar. ¡Bendita locura!
Hacía más de sesenta años que esperabamos esta hombrada, pero nunca fue posible a pesar de contar con jugadores de categoría, como lo fueron los Zarrra, Ramallets, Puchades, Gento, Gainza, Basora, Cesar, Butragueño, Iribar,...y un largo etcetera, entre los que incluso estaban el excepcional Diestefano y el no menos famoso Kubala, que incluso se nacionalizaron para poder jugar con la Selección Española. A pesar de ello, no fue posible.
Ahora ¡al fin! lo hemos logrado y nos hemos sacado la espina que durante muchas décadas llevavamos ahí clavada. ¡Somo los mejores del mundo!. Y nosotros hemos tenido la suerte de haberlo vivido. Cuantos amigos y familiares -compañeros de fatigas fútboleras- se han quedado en el camino y no han tenido nuestra suerte.
Ahora que para suerte, la de los fútbolistas de nuestra selección, que van a cobrar 600.000 euros cada uno por su hazaña. ¡Manda cojones!. Pero hasta eso se nos ha olvidado estos locos días. Y es que estamos para que nos encierren a todos los españoles en un macro manicomio por las chorradas que hemos protagonizado estas últimas semanas con el jodido balón.
¡Que le vamos a hacer!. El fútbol es el fútbol y lo demas a tomar...el viento ¿No?.
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