Así de sencillo. ¡Un año más! o un año menos (según como se mire el catalejo de la vida). De lo que no cabe duda es que el 2009, con sus doce meses de luces y sombras (que de todo hemos tenido) pasó como un soplo sobre nuestra cabezas, y que una vez transcurrido, se nos ha ido de las manos sin apenas enterarnos de ello. En ese tiempo transcurrido, unos aparecen con las calvas un poco más extendidas y otros con las cabelleras un tanto menos pobladas de pelo del que teníamos al finalizar el 2008.
Lo mejor, es que los que seguimos en este maratón de la supervivencia hemos ido saltado las vallas que se interpusieron en el camino, y aquí seguimos dando la tabarra los abuelos "cebolletas" que pululamos por este mundanal planeta tierra, el cual también va envejeciendo y con síntomas de achaques, entre otras cosas, por que no sabemos cuidarlo. Este planeta, que en ocasiones nos muestra su "cabreo" por estar harto de nosotros sus pobladores, ya que no le hacemos ni puñetero caso, es un lugar perfecto para vivir e incluso para morir (por causas naturales), y se impone la cordura de no abusar de su "estado de salud" como habitualmente hacemos, para seguir disfrutando de él, ya sea en el continente americano, en el extremo oriente, o desde cualquier rincón del mismo.
En este año 2010 que nos abrirá sus puertas el día 1 de Enero, ojalá comencemos a ser testigos privilegiados del inicio del buen camino que parece emprender ¡al fin! la humanidad, para enmendar todos los errores que hemos cometido sobre la faz de la tierra.
Así sea. Y nosotros que lo veamos como testigos del anhelado cambio. Buena señal será. ¡Si señor!
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