Tengo ante mí un atlas de 1968 de todos los paises del mundo y alucino al constatar los grandes cambios geopolíticos que se han producido a lo largo de esos 40 años.
Africa dejó de ser un conjunto de estados de tipo colonial, en el que los colonos europeos ostentaban los poderes mientras continuaban esquilmando las riquezas del subsuelo como piedras preciosas y petroleo y´encarcelaban a los nativos que se resistían a ello, como es el caso de Mandela (en Sud Africa) que paso de la cárcel a la presidencia de un gobierno de apoyo unánime de la población negra. Otro tanto courrió con el Congo belga y la antigua Rodesia y un largo etcetera de naciones que ¡al fin! se independizaban absolutamente.
En el continente americano pudieron - tras largos años de luchas intestinas, provocadas por sus vecinos del norte, los EEUU- comenzar su propio camino y así, con errores y aciertos, Venezuela, Cuba, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador, Brasil y Uruguay han roto el cordón umbilical que les atenazaba desde Wasinton. Es más, los propios norteamericanos han dado su confianza a un hombre de raza negra para ocupar la Casa Blanca, cuando tan apenas hace 40 años los negros no podían ni compartir los servicios públicos con los blancos.
En Asía, el confusionismo creado es ya de por sí un disloque. Nada en absoluto es igual tras cuatro décadas. El valeroso pueblo wietnamita le hizo morder el polvo de la derrota militar a la primera potencia mundial y es hoy un país normal con su propio sistema, al igual que ocurre con China, que tras la dureza de una profunda revolución se ha convertido en la segunda potencia económica del mundo.
En el oriente medio el petroleo lo ha convertido en un infuierno.
Incluso en Europa han surgido cambios que han desvertebrado a la Unión Sovietica, convirtiendo aquel fuerte estado en una serie de países que han creado sus propias formulas de vida ajenas por completo a Moscu.
La reunificación de la Alemania Occidental con la Oriental fue todo un símbolo.
Y por supuesto la normalización - incluso integrandose en la Unión Europea- de paises como Polonia, Rumania, la república checa (tras su separación de Eslovaquía) y Hungría es algo que nadie en absoluto pensaba en los años 60 que pudiera ocurrir. Caso similar - pero que se logró con un baño de sangre- pudieramos decir de Yugoslavia, que de ser un estado unido y en alza económica se convirtió en diversos países completamente enfrentados entre sí.
Como en todos los sitios cuecen habas y en el mío a calderadas, también en España se ha producido un tremendo cambio interior y de aquella Castilla la Vieja (hoy Castilla León) se han despredido Santander (que ha pasado a ser autónoma como Cantabria, y lo mismo ocurre con Logroño, hoy denominada Región de La Rioja. Esto es así para bien o para mal. España esta formada por un estado con 17 comunidades autónomas, cosa que en los años 60 no nos podiamos ni imaginar.
Conclusión el mundo sigue dando vueltas sobre sí mismo y con la perspectiva que dan los años transcurridos, termina uno asombrado de lo que ha sido testigo vivo de la transformación histórica que se ha producido.
martes, 1 de diciembre de 2009
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