Parece mentira, pero el Gobierno de Aragón no cumple como debiera a la hora de efectuar sus pagos para mantener la Ley de dependencia.
Da la sensación que le importa un rábano que el 35 % de los ciudadanos con derecho a percibir prestaciones no hayan cobrado ni un mal euro.
El presidente del ejecutivo aragonés Marcelino Iglesias - al cual personalmente le otorgué mi confianza con mi voto en las últimas elecciones- no dice ni una palabra de la situación que le ha creado al ayuntamiento de Zaragoza (que gestiona las ayudas personales) adeudándole la friolera de 6millones y medio de euros.
Lo que sorprende sobremanera es que el alcalde de la ciudad no dé un puñetazo en la mesa de Marcelino Iglesias y le pida la "pasta gansa" millonaria que necesita para poder continuar atendiendo a esos ancianos que, aún de manera a todas luces insuficiente, necesitan para sobrevivir.
El Gobierno de Aragón, de vez en cuando envía a los medios unas estadísticas con balances positivos de como marcha la Ley de dependencia en este territorio que tiene una de las poblaciones más envejecidas de Europa.
Pero por muchos "numerícos" que nos muestren, a la hora de la verdad aparecen otros datos que demuestran la forma escandalosamente negativa y tremendamente lenta en que se desarrolla la Ley de dependencia y la prueba evidente que ésta no va por un camino de rosas, es el escándalo referido de que se le adeude a las arcas municipales tan importante cantidad, cuando es esa institución la responsable del desarrollo de la Ley, en lo referente a las ayudas unipersonales. ¿Con que dinero podrá hacer las prestaciones, si antes no le llegan los recursos necesarios para ello?
Esto huele mal. muy mal. Huele casi a podrido y sin embargo los gestores máximos, tanto del Gobierno de Aragón (señor Larraz consejero de economía y señora Ferrer consejera de Asistencia social) como el mismísimo alcalde Belloch y el concejal de economía señor Catalá, guardan un sepulcral silencio mientras los ciudadanos tienen que enterarse por los medios de comunicación de lo que en realidad está ocurriendo.
Usted amigo que visita este blog seguro que no entiende este galimatías. Yo desde luego no. Y por eso me cabreo, ya que soy un viejo más, que a pesar de no precisar -de momento- estas ayudas, pienso con mis compañeros de esta "patera" de ancianos en ruta a las "praderas de Manitú", que nos merecemos al menos lo que nos prometen. Y queda claro una vez más que el Gobierno de Aragón promete pero...luego no envía el dinero. Mal. Muy mal. Con los viejos no se juega. Ya que incluso, los que seguimos aferrados a principios de igualdad y precisamente por ello, nos sentimos menospreciados y por supuesto nos duele más todavía esta clase de actuaciones de un gobierno socialista.
No nos defrauden por favor. Y haber para cuando una autocritica señores del PSOE. ¡Que no dicen ni pio!
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