La hucha estatal que proporcionan los recursos para nuestras pensiones va de capa caída. El dichoso desempleo produce que un elevado número de personas que han perdido su empleo (superior a los cuatro millones) impide de hecho que la referida hucha tenga cada vez menos ingresos. Paralelamente a este fenómeno de detener el crecimiento del fondo común, le ocurre otro tanto de lo mismo a nuestro bolsillo debido a los escasos aumentos de nuestra pensión.
Las cantidades que reciben los jubilados que tienen la pensión mínima es en la práctica una miseria más que añadir a la miseria de las propias pensiones, para los más desfavorecidos. El importe del aumento supone 11 euros. Claro que si lo comparamos con el año 2003 (con otro gobierno) en el que la cantidad en que se revalorizó fue tan solo de 5 uros, llegaremos a la conclusión de que aquí, nos gobiernen unos u otros, al final nos dejan con el culo al aire.
Peor lo tienen nuestros muchachos cara al futuro, ya que por mucho que se aten los machos, las van a pasar moradas cuando les llegue la edad de la jubilación.
Mejor no verlo, que es lo que nos ocurrirá a los jubilados de hoy.
sábado, 30 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario