viernes, 30 de enero de 2009

NO tengo ninguna pregunta para usted…


…ya que soy una persona mayor que –como todas- no creo tener motivos para pedirle una respuesta a las necesidades que las personas de la mal llamada tercera edad, ya tienen resueltas. A los viejos no es necesario que se esfuerce en trasladarnos confianza señor Presidente. Creemos a pie juntillas en su optimismo y buen hacer, lo que, sin duda, supone un factor fundamental para resolver la crisis que azota, como usted bien dice, a todo el mundo mundial. Su imagen tranquila, cercana y sobre todo la valentía de dar la cara y meterse en la jaula de los 100 leones que le asaetaron a preguntas, en un intento vano de acorralarle, demuestra que es usted capaz de contagiarnos una absoluta esperanza en nuestro porvenir.
¿Qué necesidad tenemos nosotros, los que ya hemos superado los 70 años, en agobiarle con nuestras preguntas?
Ja…ja…ja…
Supongo que la explosión de risa de quien lea este panegírico laudatorio hacia nuestro querido Presidente, esta más que justificado. Así lo piensa quien así lo escribe. Y ahora, fuera del chascarrillo agudo, habrá que reconocer que salvo a los ancianos irreflexivos que nunca dudan, quizá a la mayoría de los que vieron el programa “Tengo una pregunta para usted” les debió parecer natural que a lo largo de la noche no saliera a la palestra ni por una sola vez los ¿beneficios? de la Ley de Dependencia, porque habían temas de mayor preocupación. Si nos basamos en ello, no debe sorprender que el único jubilado que hizo uso de la palabra (el vizcaíno don Teodoro García), se limitara a preguntar “Cómo iba a garantizar el Gobierno que el dinero inyectado a la banca llegará a las familias”.
Sincera y honradamente creo que como persona de avanzada edad, ese señor tenía que haber preguntado ¿que hay de lo nuestro?
Así lo hizo la encantadora Izaskun que arrancó los aplausos del público, simplemente por que supo –y muy bien por cierto- leerle la “cartilla” al Presidente y además metérselo en el “bolsillo”, tan solo por preguntarle si las empresas cumplen lo establecido en la ley y tienen en sus plantillas un mínimo del 2% de trabajadores discapacitados. A la vez pidió para todas aquellas personas que –como ella- están afectadas por el síndrome de Down, se ampliase al máximo el apoyo institucional.
Eso, es lo que faltó esa noche, la pregunta imprescindible de todo cuanto concierne a la problemática de las personas mayores, que no nos cansaremos de repetir que va como siempre (esté quien esté en el gobierno de la nación) a paso de tortuga. Se echó en falta la pregunta. Y el preguntar no tiene aldabas, como muy bien dice nuestra entrañable decana de los blogs desde su mirador de los 95 años que le hace ver todas las facetas de la vida. “Hay que preguntar”, dice esta gran dama y eso es lo que no se hizo esa noche. Con ello se dio la sensación –irreal- de que los viejos del lugar (llamado España) estamos como en el paraíso terrenal. Y de eso nada monada. (De ahí la chanza, la retranca y el buen humor, con el que hemos iniciado el escrito de hoy).
No nos pasemos de reflexivos, porque como dijo Bertolt Brecht, esos no actúan nunca. Y ya decíamos ayer que los viejos de hoy no son pasivos sino activos.

miércoles, 28 de enero de 2009

La otra cara de la moneda


Hoy hemos tenido ocasión de ver la cara agradable de la vida que también llevan las personas mayores de nuestro país. Casualmente nos hemos encontrado con la página web de una población llamada Santomera, que quienes la hacen posible se confiesan, con una modestia ejemplar, que “Esta es una página web sin muchas pretensiones hecha por aficionados canosos y jóvenes de más de 60 años”.
Esta frase encierra la realidad de que, cada vez más, los hombres y mujeres que llevamos a nuestras espaldas más de seis décadas, vamos dejando –cada vez más- de ser unos ancianos pasivos y pacientes a ser totalmente activos en todo cuanto nos propongamos llevar a cabo a pesar de nuestros años. El ejemplo más relevante de lo que hoy somos capaces de hacer nos lo da en la referida página web, una respetable dama de 95 abriles, que con una claridad impresionante describe no solo quien y como es, sino que en una coincidencia plena con lo expuesto sobre la fuerza y capacidad de lo que son capaces de hacer en el siglo XXI las personas de avanzada edad, nos cuenta como le alegran la vida el contemplar desde su blog a su casi millón y medio de “blogueros” que se ponen en contacto con ella desde los cinco continentes. ¡Ahí es nada!.
Y no para la cosa en esa demostración palpable de lo que es capaz de hacer tan extraordinaria señora, sino que, con una moral de hierro, nos anima a todos los ancianos a que tengamos Internet. Se da por hecho que habrá recibido infinidad de homenajes, pero sin duda el mejor homenaje que se le puede tributar es el imitarla.
Junto a esa muestra de fuerza y voluntad de la “abuela coraje”, cuyos escritos son una verdadera delicia, hay que sumar los contenidos de la página de Santomera, con un impresionante conjunto de informaciones y opiniones con criterio y formas verdaderamente periodísticas. En verdad que no tiene desperdicio ninguna de sus secciones, entre las cuales hombres curtidos en épocas duras de la posguerra “incivil” española, como son los casos de Juan y Manrique (que son otros dos ejemplos de buen hacer desde sus blogs), ponen bien claro cual es el doble objetivo de los creadores de la página de Santomera: Por un lado, la publicación de su contenido, y por otro, la creación de una red social de contactos, que tienen el lema siguiente “habrá que decir que lo que esta bien, habré que decir que esta bien y lo que esta mal habrá que decirlo”.
Hasta hace unos días, Santomera y su página web, eran para este blog “Mayores sin apuros”, unos perfectos desconocidos. Hoy se puede decir que nos han ganado el afecto y la admiración absolutamente. Seguiremos sus pasos a través de http://www.mayoresdesantomera.com para ver como hacen posible cada día una ambiciosa tarea de compartir funciones de información y opinión capaces de competir con cualquier medio de comunicación. Ese es el camino, el único camino que debemos hacer los “ancianos del siglo XXI”. Con ello, haremos bueno el principio del “Año Internacional del Mayor” celebrado en España en 1999 y cuyo lema dejamos aquí reflejado, para insistir en lo que hoy debemos hacer.

domingo, 25 de enero de 2009

La importancia de la fisioterapia en la atención a los mayores


Después de un corto paréntesis dedicado en los últimos días en este blog a la importancia que tiene la unidad de acción sindical ante las dificultades económicas que atravesamos, en donde se hace imprescindible que los tres sindicatos de clase, UGT, CCOO y CGT defiendan hoy más que nunca los intereses de las clases más desfavorecidas, se impone el rigor de continuar la línea habitual de este blog de tratar los temas referentes a la fisioterapia geriátrica que habíamos comentado antes de iniciar el referido paréntesis reivindicativo sindical.
A tal efecto, es bueno recordar lo que hace años, desde el movimiento vecinal de Zaragoza difundíamos barrio a barrio el papel importante que debía desarrollar la fisioterapia en los Servicios de Estancia Diurna que reclamábamos con energía al Gobierno de Aragón en aquel entonces.
Bien asesorados por expertos, la Comisión de Mayores de la FABZ (Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza) inició una campaña en la que –entre otras cosas- se incluían las acciones de fisioterapia encaminadas a la prevención, mantenimiento y mejora de las capacidades físicas del paciente geriátrico, frenando con ello el deterioro físico y a la vez ayudar al tratamiento del dolor.
La base de aquellas –en ocasiones multitudinarias reuniones vecinales- era explicar la forma idónea de acomodar al anciano en su situación física a que fuese mas funcional dentro de sus limitaciones físicas. Es decir, integrarlo dentro de la dinámica de trabajo, hábitos y cuidados físicos y para ello se hacia necesario el hacer uso de uno de aquellos Servicios de Estancia Diurna de los que apenas dos (de carácter público) funcionaban en Zaragoza a mediados de la década de los noventa.
La respuesta de la administración no fue la deseada, pero la presión fue importante y aunque de manera excesivamente lenta se consiguió la puesta en marcha de tres centros de estas características, donde la atención geriátrica y fisioterapéutica eran las que se correspondían al atender al menos a un número reducido de personas de avanzada edad.
Es tal la importancia de este conjunto de especialidades médicas, y la necesidad de que se difunda, incluso desde la modestia de un blog personal como éste, que se hace necesario seguir hablando de ello en los próximos días, aunque a sabiendas se imagina uno que pocas serán – o quizá ninguna- las personas a las que les lleguen estas reflexiones. Ya nos gustaría que alguien nos enviara algún comentario, que pudiera incluso servir para enriquecer lo aquí expuesto. Ojala así fuera.

sábado, 24 de enero de 2009

Palabras con respuesta a CCOO Aragón


La lucha por unos derechos no acaba a los 65 años
«Cuando una persona se jubila tiene que seguir reivindicando sus derechos». Esta afirmación es la que mueve a la Federación de Pensionistas y jubilados de CCOO, que dirige Jesús Puértolas. Este dirigente manifiesta la necesidad de poner en marcha la Ley de la Dependencia, porque «hay más de 9.000 valoraciones, pero ninguna percibe todavía las ayudas, una situación que hemos denunciado». Además, siguen en su cruzada por conseguir la Ley de la Igualdad, en el ámbito laboral y en aspectos como las viudedades. «Las mujeres reciben un 52% de la pensión de su pareja y eso no es justo», dice Puértolas.
Otras denuncias del sindicato son las subidas de las empresas de decesos y la del IPC, «que debería ser para todos igual», dicen. A la par apuestan por incrementar las pensiones más pequeñas, «por lo menos equipararlas al salario mínimo interprofesional», reconocen en CCOO, y ayudar a los que más lo necesitan con una rebaja en las tasas, «municipales, por ejemplo», precisa el dirigente.
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CCOO Aragón ha cerrado su X Congreso con una voluntad férrea de reforzar su acción frente a la crisis. Ojala que el talante conciliador y humilde de su secretario general Julián Buey vaya parejo con el acierto a la hora de desatascar – si es posible- la gravedad del momento por el que atraviesan los trabajadores y… los parados.
Desde este blog se respeta en lo que valen todas las palabras del nuevo Secretario de CCOO en Aragón, ya que son una muestra de su fuerza de voluntad, así como las del responsable del sindicato de pensionistas y jubilados de la misma organización sindical, Jesús Puértolas, que según sus declaraciones en “el periódico de Aragón” del pasado día 22, coincide plenamente en la línea que se sigue en este blog de “Mayores en apuros” y cuyo contenido insertamos en su totalidad.
Solo una reflexión, seguida de una pregunta como respuesta a cuanto han dicho. ¿Presionarán lo suficiente a nuestros gobernantes y con la energía necesaria para que se note –de verdad- que CCOO está como en aquella época en que fue capaz - en una unidad de acción sin precedentes- de paralizarle el país a Felipe González en la huelga del 14/D?.
Si es así, a espabilarse toca, por que los trabajadores (y los parados) no esperan.
Ni los jubilados de hambre (que son la mayoría) tampoco.

miércoles, 21 de enero de 2009

Mejorar la calidad de vida en los ancianos


Alguien puede pensar, que en una coyuntura de crisis económica como la que atravesamos, no hay cosa más preocupante que los tres millones y pico de parados que en realidad supone una losa para el país. Aún estando totalmente de acuerdo que los efectos de esta compleja situación son imprevisibles, no por ello hemos de echar a la “papelera de reciclaje” otros aspectos de la vida cotidiana. Ante esa cruda realidad, convendría reflexionar sobre la conveniencia de introducir, entre esos augurios que van en una dirección que roza el catastrofismo, algo que se desmarque de los mismos y envíe sus dardos reflexivos hacía otras dificultades, como lo son la búsqueda de fórmulas que mejoren la calidad de vida de los ancianos.
Porque la verdad es que los parados ahí están, parados y en expectativa de destino, que nadie sabe a ciencia cierta cual será, pero los ancianos, las personas de avanzada edad, que han visto aumentada su pensión mínima este mes en 18 euros, merecen tenerse en cuenta y no pasar de ellos olímpicamente, como ocurre generalmente en los medios de comunicación que nos invaden.
Apenas se nombra, que aún de manera silenciosa, (por la escasa repercusión en esos mismos medios informativos que se acaban de mencionar), se viene trabajando intensamente por parte de grandes expertos en geriatría y gerontología de nuestro país para que esa pretendida mejora de vida de los mayores se convierta en una realidad. No hace mucho se llevó a cabo en Huesca, una importante Reunión de la Sociedad Española de Psicogeriatría en la que se han dado a conocer avances en la salud mental, y en donde se destacó la necesidad de crear equipos multidisciplinares para atender a las personas de avanzada edad.
Más recientemente tuvo lugar el VII Curso de Gerontología Social en la Universidad de la Rioja, donde las ponencias que se expusieron tuvieron un marcado perfil social sobre el envejecimiento, y en donde se destacó la necesidad de reorientar el actual modelo asistencial de la red de centros y servicios, hacia un modelo de prevención.
Todo ello, (que tendremos ocasión de traerlo a este blog más adelante), se esta llevando a cabo en un intento de difundir la efervescencia del momento en que desde el mundo científico y social, se vive la preocupación por mejorar la calidad de vida de nuestros mayores.
Esa es –sin duda – la gran esperanza que sería una autentica realidad, si como dice un buen amigo “Ojalá podamos hacer un día que los millones de ancianos del país podamos unirnos en un mismo criterio y confiar en nuestros propios apoyos ¡Ojalá!"
La empresa parece imposible y casi podríamos decir que roza la utopía. Pero… ¿cuantas utopías se han venido abajo convertidas en palpable realidad? Infinitas.
De momento ya es estimulante que los cabezas pensantes del mundo de la ciencia, unidos a esos grandes profesionales de la geriatría y gerontología intenten con su impagable esfuerzo y su buen saber, abrir el camino para garantizar la adecuada atención a los Mayores. Quizá un día, las generaciones venideras tengan la suficiente inteligencia para aglutinar a todos los mayores y convertir en un hecho real lo que hoy lo consideramos una supuesta utopía.

martes, 20 de enero de 2009

Mañana puede ser tarde


Cuando ayer contemplábamos las imágenes de los trabajadores tomando la calle, ante el nubarrón que ha hecho despertar a la gente de su pasiva actitud de los últimos años, nos dábamos cuenta de que hasta que no le han visto las orejitas ( orejazas ) al lobo y han comenzado las buenas gentes a preocuparse de lo que les puede ocurrir a corto y medio plazo, con la espada del paro sobre sus cabezas, aquí nadie daba la alarma y a todos les parecía que este país era el de las mil maravillas. Esto era jauja.
Esta situación que ha pasado del rosa al negro, debiera hacernos reflexionar a todos, pero muy especialmente a los que hoy tienen de 20 a 50 años. Éstos serán los protagonistas del mañana, cuando se encuentren en el umbral del envejecimiento de una población que – de no percatarse hoy y tomar las medidas para evitarlo- pudieran ser las victimas de una serie de cambios profundos en la estructura social que les pueda afectar en gran manera..
Hoy, la sociedad no es consciente de la carencia de infraestructuras para atender a los mayores del mañana, que hoy son jóvenes o de mediana edad. Ellos debieran implicarse en todos los movimientos sociales de carácter reivindicativo para mejorar la situación de los ancianos de hoy, si no quieren progresivamente ir perdiendo derechos para el mañana.
Ese “Mañana serás tú” lo que hoy somos los ocho millones de ancianos españoles, debiera hacerles reflexionar, y no esperar verle (igual que a ocurrido ahora, con el derrumbamiento del tejido laboral) las orejas al lobo cuando ya no existe solución.
De continuar como hasta ahora, mañana puede ser tarde.

¡Al fin! la protesta salió a la calle


No podía ser de otra manera. Alguien ha comentado que hace tiempo que los trabajadores debieron manifestar su descontento. El mismo Julio Anguita, hombre honesto donde los haya, y defensor a ultranza de los más desfavorecidos a lo largo de su trayectoria política, mandaba recientemente una “carga de profundidad” a los sindicatos a la vista del mutismo que mostraban ante el actual descalabro económico.
La reacción de ayer en Zaragoza y en Valencia ha sido como un reguero de pólvora por doquier, que provocará en todo el país nuevas salidas a la calle, en defensa de empleo y protección social.
Algunos hemos sentido una envidia sana al ver que las gentes, con la única arma que tienen, que no es otra que la unidad de acción, salían a manifestarse en defensa de sus puestos de trabajo. Esa envidia a la que se alude, está fundamentada en que hoy sería impensable el reunir un núcleo de manifestantes –como el de ayer- mayores de 65 años, (sólo en Zaragoza superan los 100.000), que con su fuerza y veteranía salieran a reivindicar garantías que les aseguren sus derechos a unidades médicas, servicios socio-sanitarios, viviendas adecuadas (¿cuantos ancianos viven en pisos antiguos sin ascensor y sin calefacción?) y sobre todo pensiones dignas. Si, pensiones dignas, ya que la inmensa mayoría de los jubilados reciben algo más de los 500 euros, y algunos, ni eso. Hubo un tiempo – hace más de una década- que los sindicatos, el movimiento vecinal y asociaciones de mayores, ejercían con su fuerza el derecho de acusar a las instituciones de impulsar una política insolidaria, que hipotecaba los intereses de los jubilados, que son los que desde cero, levantaron este país a partir de mediados del siglo XX.
Ojala que ese gran movimiento silencioso de más de ocho millones de personas que ahí están aguantando sin rechistar lo que les dan, pudieran animarse a seguir al pie del cañón y manifestarse para que se tuvieran en cuenta sus derechos.
De momento, se nos muestra –como una estampita milagrosa- los efectos beneficiosos de la Ley de Dependencia que un día será realidad completa. Dios lo quiera, que diría un buen cristiano. Pero…no hay que impacientarse ya que Benidorm, ya se esta preparando para recibir a quienes su economía y salud se lo permita, para confirmar con su presencia aquella frase lapidaria de don Felipe González Márquez, “Hoy nuestros mayores, están descubriendo el Mediterráneo”. Algunos sí.
Que bonito ¿verdad?.

domingo, 18 de enero de 2009

Vacío en la asistencia médico-geriátrica



El doctor García - Arilla, declaraba en "HERALDO DE ARAGON" (18/4/99) que en la Comunidad Aragonesa existía un "vacio en la asistencia a los ancianos muy ancianos" y añadiá que " En los próximos años nos vamos a encontrar con graves problemas para poder dar la atención necesaria..."

Este relevante geriatra denunciaba que en Aragón "no existen centros ni hospitales capaces de dar una asistencia integral a estos ancianos".

Y acertó plenamente en su pronóstico porque ...diez años después, el mismo doctor García - Arilla declaraba en la edición del pasado15 de Enero en el diario "ADN" bajo el alarmante titular "ARAGÓN ENVEJECE", "que se necesitan más médicos geriatras, y que los servicios de Geriatría brillan por su ausencia en localidades como Alcañiz, Calatayud, o Jaca, cabeceras de comarca con alto grado de envejecimiento".

La situación viene a ser la misma. Prácticamente en lo básico todo sigue igual, a pesar de haber transcurrido una década.

Ello nos lleva irremediablemente a pensar que - aún teniendo en cuenta el avance que supone el haberse legislado ¡al fin! sobre todo cuanto afecta a la Dependencia- apenas hemos progresado en algo tan fundamental como es el dotarnos de los especialistas en geriatría necesarios, cuya atención supone uno de los pilares indispensables para resolver el problema que afecta a los ancianos de nuestra Comunidad, que como dice "ADN" en su referida edición del día 15, es una de las más envejecidas del país.

domingo, 11 de enero de 2009

Promesas incumplidas en servicios de atención a los mayores

Ayer se comentaba en este Blog - con rabia contenida- como se demoran los proyectos y promesas de la Administración en todo l0 referente a la política social de atención a los mayores.
A este respecto, se lamenta en la ciudad de Zaragoza la asociación vecinal Puente de Santiago - Actur (en su último boletín informativo), que van pasando los años y el prometido Centro de Día y residencia de ancianos, demandado por la ciudadanía de ese barrio zaragozano de más de 100.000 habitantes, sigue siendo una promesa sin cumplir. Lo mismo les ocurre a estos esforzados miembros de la referida asociación, que contemplan perplejos como el "expo-vaciado de las arcas municipales tiene en el sin - inaugurar el edificio del Centro de Mayores, terminado y parado desde la primavera pasada por falta de dineros para equipamiento y personal". Y se preguntan desconfiados para cuando se va a abrir el referido centro de convivencia para mayores, a fin de evitar que los ancianos vayan deambulando por las grandes áreas comerciales que se ubican en ese sector de la ciudad, para poder pasear en estos días de frío invernal que nos acompaña. Y se preguntan en su modesto medio informativo...
¿Para cuando los pisos tutelados para mayores?...
¿En que fecha se iniciaran las obras del Centro de especialidades médicas?...
¿Cuando comenzarán las obras de remodelación del Centro de Salud Actur Norte, que debería estar funcionando -según prometieron en el Gobierno de Aragón- desde Mayo del pasado año?
Y así, al igual que lo hacen estos vecinos zaragozanos, un sin fin de voces se alzan por doquier, en cada barrio, en cada ciudad...reivindicando que se cumplan promesas. Ese es el triste panorama con el que la población en general y los más mayores y desvalidos se encuentran, sin saber a que atenerse.
Todo ello es tan triste y tan real como los apuros en que sobreviven los ancianos.
Solo un consuelo da ánimos a cuantos se esfuerzan en seguir instando a quienes corresponda para que se cumpla lo prometido; la fuerza de la unidad de acción que aún permite resistir ante los oídos sordos o la impotencia que muestran los poderes públicos para intentar que sea una realidad todo cuanto es vital para la adecuada atención a las personas mayores.

sábado, 10 de enero de 2009

La Ley de Dependencia ante la crisis económica

Si en tiempos de bonanza económica hemos asistido a una sistemática lentitud en la puesta en marcha de proyectos de infraestructura necesarios para la mejora de los servicios de atención a las personas de avanzada edad, se supone - en buena lógica- que el frenazo, debido a la crisis económica, de todo cuanto debiera realizarse en esta materia desde la Administración, será un hecho irreversible.

Es más, cabe pensar que incluso las partidas destinadas este año a prestaciones y servicios se vean mermadas en su financiación. Ante esa crisis que pone en riesgo la quiebra de muchos de los aspectos básicos de nuestra "sociedad de bienestar", y teniendo muy en cuenta que en Aragón las previsiones de grandes dependientes se han duplicado en los últimos diez años (pasando de 7.521 usuarios a 15.341), sin que en modo alguno el aumento de los servicios haya crecido de la misma manera, a pesar de la boyante situación financiera en que ha vivido el país en general y nuestra Comunidad en particular, donde el despilfarro económico alcanzó cifras astronómicas con el evento internacional de la Expo, no queda más remedio que agarrarnos a la compleja puesta en funcionamiento de esa Ley de Dependencia que tantas esperanzas despertó entre las personas de avanzada edad y sus familiares a partir de su promulgación hace ahora dos años.

A propósito de la Ley de Dependencia, la Consejera de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, doña Ana Fernández, afirma que "Estamos satisfechos con las casi 10.000 familias que ya están disfrutando de servicios o ayudas económicas" (Heraldo 31-12-08). Ante ese estado de ánimo propenso al optimismo, cabría preguntarle a la responsable del desarrollo de la Ley, que nos informase detalladamente del desglose de las partidas económicas destinadas a servicios a domicilio, centros de día, residencias, número de empleados que se han creado para prestar ayuda a las familias, etc. que se supone han sido la base para que éstas 10.000 familias estén disfrutando ya de la mencionada Ley de Dependencia, por que, hasta lo que nosotros sabemos es que los datos de dependencia vienen desbordando cualquier previsión. Que según el IMSERSO se han presentado 27.306 solicitudes de personas que se han acogido a la nueva Ley en Aragón, produciendo de hecho un atasco en el proceso que se intenta corregir más mal que bien. A la vista de esas constatadas dificultades se hace necesario seguir comentando todo cuanto concierne a la Ley de Dependencia y desde este blog se pretende profundizar en los próximos días y en la medida de lo posible, la forma en que se lleva a cabo su desarrollo en nuestra comunidad en particular, así como en el resto del país.

Todo ello con el único deseo de que no se den - a pesar de la crisis económica que atravesamos- pasos atrás en este logro que hemos conseguido con el derecho por Ley a una mejora en la atención de la envejecida población española.

miércoles, 7 de enero de 2009

A vueltas con los Centros de Día


En España la inmensa mayoría de la población tiene el convencimiento de que un Centro de Día es un lugar a donde los mayores van a echar su partida, a jugar a la petanca y en algunos casos a utilizar los servicios de comedor a precios reducidos, así como los de peluquería.
Pero - como ya se comentó en el anterior artículo de este blog - un Centro de Día, que reuna las condiciones necesarias para que en realidad sea un Servicio de Estancia Diurna es mucho más que todo lo arriba expresado y nada tiene que ver con todos esos aspectos lúdicos.
En terminios generales la sociedad desconoce que estos centros cuentan con un vehiculo adaptado que transporta a los ancianos desde su propio domicilio a la sede de los mismos a primera hora de la mañana (entre las 8´30 y las 9). Que Una vez en el lugar en donde deben pasar toda la jornada, se procede a su recepción y seguidamente se les sirve el desayuno.
De 10 a 11 se realizan los ejercicios físicos en grupo. De 11 a 12 se realiza terapia ocupacional individualizada así como rehabilitación menor. Sobre las 13 horas se sirve la comida adecuada para cada una de las personas acogidas, según su régimen de dietas. Seguidamente se procede al descanso reglamentario y después -sobre las 15 horas - se realiza terapia recreativa e incluso ludoterapia, hasta que -sobre las 17 horas- se da por concluida la estancia y con el mismo transporte adaptado, los ancianos retornan a sus domicilios. Este es el programa habitual, que se complementa en actuaciones concretas por parte del fisioterapeuta, así como la revisión médica a cargo de un especialista en geriatría. Todo ello sin olvidar las sesiones de baño en instalaciones geriátricas acondicionadas adecuadamente para personas muy mayores.
El plan incluirá un programa de vida con los objetivos que se pretenden conseguir en cada caso. Todo esto es lo que tanto los medios de comunicación como los responsables gubernativos no difunden a la población y de ahí el desconocimiento existente de esta clase de Servicios de Estancia Diurna o Centros de Día. El Gobierno de Aragón editó un video con esta información, para divulgarlo por las cadenas de televisión pero nunca se llevó a cabo este objetivo publicitario. Es claro, que si el personal tuviera conocimiento amplio de este servicio de atención a los mayores y lo que supone de apoyo a los familiares, la demanda sería de tal calibre que pondría en un verdadero aprieto a los responsables de la Administración, al verse imposibilitados de presentar una oferta de las mismas proporciones. En una palabra; faltan Centros de Día.

lunes, 5 de enero de 2009

Los Centros de Dia para mayores, un servicio insuficientes en nuestro país

Comentábamos ayer las deficiencias existentes en los servicios y prestaciones que los poderes públicos vienen obligados a llevar a cabo, si se cumple - como debiera ser- la Ley de Dependencia. Igualmente nos referimos a la necesidad de dotar a los mayores de Servicios de Estancia Diurna o Centros de Día, que, de acuerdo con las estádisticas, en diversos paises de nuestro entorno se ubica uno de estos por cada 40.000 habitantes, con lo cual, en una ciudad como Zaragoza, que supera los 600.000, como mínimo debieran prestar servicio 15 Centros de Día. En un estado social y de derecho, donde la sanidad y la enseñanza son públicas (o deberían serlo) hemos de aspirar a que todo ello sea público y no concertado, como desgraciadamente ocurre, ya que en el fondo de esa solapada concesión que se hace a la iniciativa privada, subsiste la finalidad de obtener beneficios económicos para quienes invierten en ello.

De cualquier manera, esos 15 Centros de Día en su conjunto no existen en Zaragoza. Bueno sería ahora -que tanta falta hace el proporcionar trabajo - aprovechar esta coyuntura para iniciar la costrucción de los centros necesarios y preparar las plantillas de personal adecuadas para su posterior funcionamiento. Desgraciadamente no ocurrirá así. En primer lugar por que nuestros gobernantes no conocen en profundidad la utilidad que tienen estos Servicios de Estancia Diurna (SED) que ofrecen al usuario la oportunidad de mantener el máximo grado de independencia personal que permitan sus potenciales, dándole un marco adecuado donde podrá disponer de un servicio que le proporcionará su rehabilitación física y cognitiva a la vez que facilitará a sus familiares un apoyo social y asistencial en su esfuerzo diario por mantener en su medio a las personas mayores discapaces, previniendo y solucionando, en su caso, los conflictos que se producen en el entorno familiar al intentar compaginar la permanencia del anciano en el domicilio con los actuales modos y espacios vitales. Es de tal magnitud la importancia de estos centros, que resulta inverosímil el que las instituciones responsables no se hayan percatado suficientemente de la necesidad urgente con que debiera atenderse su puesta en funcionamiento.

La situación real es que seguimos en un claro deficit de plazas y apenas se informa a la ciudadanía de la importancia de este servicio de estancia diurna, que, precisamente por la escasa publicidad que se ofrece en los medios habituales de comunicación (especialmente TV) la gente los desconoce. Como reza este blog, todo esto ocasiona que los "mayores estemos en apuros".

domingo, 4 de enero de 2009

¿Es correcto el trato que reciben los ancianos?

La Carta del Consejo de Europa manifestó en su día de manera contundente que "La cultura de los pueblos se demuestra por el trato que sus gobernantes le dan a sus mayores"Cuando uno reflexiona al respecto, surgen de inmediato las dudas y consecuentemente las preguntas.
De ahí, el titular del presente comentario; ¿Es correcto el trato que reciben los ancianos?.

En líneas generales y si nos atenemos a los de otros paises de nuestro entorno, podríamos asegurar que no lo es. Basta con hurgar un poco sobre todo lo concerniente a pensiones, atención socio sanitaria, teleasistencia, servicios de atención en domicilio, residencias y servicios de estancia diurna para darnos cuenta que vamos casí en el vagón de cola. Sólo en referencia a los dos últimos servicios citados, la cosa está practicamente igual que hace diez años. Proyectos, proyectos y proyectos, pero realidades pocas, muy pocas. El tan cacareado "Plan Metrópolis" que se nos dijo que llenaría la ciudad de residencias ha quedado en agua de borrajas. Recuerdo que cuando estaba de Consejero del Gobierno de Aragón en esta materia el señor Larraz ( que desde entonces ya ha pasado por tres consejerías) y el señor Alvarez de Director - Gerente del mismo ámbito (que presentó la dimisión, casi al poco tiempo de asumir el cargo) se nos dijo a los miembros de la Comisión de Mayores de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) que las residencias que se proyectaban harían inecesarios los Servicios de Estancia Diurna que reclamábamos (uno por cada barrio), ya que en esas nuevas instalaciones se ofrecerían estos servicios. Hoy al cabo de los años, no tenemos ni más residencias, ni por supuesto más servicios de estancia diurna. Éstos últimos -cuya utilidad comentaremos en otra ocasión- vienen a ser la alternativa en gran medida a las residencias, las cuales deben quedar solo para uso de aquellos ancianos que en absoluto pueden valerse por si mismos. Esto ni lo quiso entender el señor Larraz, ni cuantos le sucedieron en su puesto, y eso que se hicieron campañas intensas para informar de este ventajoso sistema asistencial. Solo nos cabe - hay que insistir en ello- la obligación que tienen hoy los gobernantes, de que se agilice más -mucho más - la Ley de Dependencia, si no queremos poner reparos al trato que recibimos las personas de avanzada edad y en base a ese precepto legal obligatorio constatar si se cumple el manifiesto del Consejo de Europa sobre si nuestro país demuestra con hechos que la cultura de nuestro pueblo esta relacionada con el trato que se nos da a los mayores.

viernes, 2 de enero de 2009

No a la discriminación de los mayores en favor de los jóvenes

Ha transcurrido casi una década desde que el prestigioso economista Alan Williams (catedrático emérito de Economía de la Universidad de York en el Reino Unido) decía en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. "que era aconsejable una discriminación sanitaria de los ancianos, en beneficio de los jóvenes, como prioridad de la política sanitaria del sector público". Es más, añadía -argumentándolo- que "el derecho de vivir es de todos, pero no es lo mismo exigirlo desde los 40 años de edad que desde los 80". Sus declaraciones levantaron ampollas en nuestro país, especialmente cuando dijo aquello de que " En un accidente de tráfico, ¿a quién asistiría usted antes, al joven o al viejo ?". o cuando advertía que, "Si queremos hacer posible que todos los jóvenes puedan llegar a ser viejos, los ancianos nunca podrán ser prioritarios". Aquellas palabras, sorprendieron en el contexto español de finales del siglo XX.

Diez años después cabe preguntarnos en que medida se ha ido deteriorando - o no - nuestro sistema socio sanitario, dado el aumento imparable de la población en general y la de las personas mayores en particular. En este último caso, nos cabe la esperanza de que la Ley de Dependencia, que al parecer ha desbordado las previsiones, puede ser -si las cuentas acaban de cuadrar, cosa por lo visto dificil de conseguir- el camino para paliar el envejecimiento del envejecimiento, o lo que es lo mismo, el quebrar de una vez la triste realidad de que las personas mayores, se vean hoy obligadas a seguir cuidando físicamente de sus mayores.

Debemos ser conscientes de las dificultades a las que tenemos que enfrentarnos, sin perder de vista los pronósticos terribles del económista Alan Williams, y para reconfortarnos a nosotros mismos ante esas negativas prespectivas, nada mejor que traer a colación el pensamiento de Cicerón, tan enérgico como hermoso de que "La vejez es fuerte cuando ella misma se defiende y mantiene sus derechos"