miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los "viejos" al poder

Lo siento por nuestros jóvenes, pero como no se espabilen y comience a cundir el ejemplo de que los "viejos" somos capaces (por sabiduría y experiencia) de competir con ellos en puestos de responsabilidad y en trabajos de lo más normalito, me temo se lleven una desagradable sorpresa al contemplar como se nos abren las puertas a los que ya peinamos canas, mientras se las cierran a los que, por su insultante juventud y preparación se consideran el ombligo del mundo.
De hecho no hay enemigo peor que la euforia desmedida y la excesiva confianza en la capacidad intelectual para estrellarse contra la primera contrariedad que uno se encuentra en la vida. Conviene recordar que Roma entró en su declive cuando el poder cayó en manos de los jóvenes senadores, que fueron arrebatándoselo progresivamente a los ancianos que habían gobernado muy bien a lo largo de muchos años haciéndolo con inteligencia y grandes dosis de experiencia y sentido común.

En este país llamado España, se vislumbran síntomas de que la cosa esta ocurriendo al contrario. Los "viejos" parecen decididos a volver a su prestigioso pasado y ahí están. El último caso lo tenemos en un anciano octogenario (Alberto Oliart) que fue ministro de industria y energía en el primer gobierno de Adolfo Suarez, hasta que éste le propuso en 1980 como ministro de Sanidad y seguridad social y por último, tras el golpe de estado de 1981, pasó a ser el primer civil que ocupaba el cargo de ministro de la defensa.

Este hombre, con una valía fuera de lo común. ha sido nombrado recientemente por el gobierno socialista de Rodriguez Zapatero responsable máximo de radio televisión española. Este hombre, de derechas de toda la vida y que declara que de televisión no entiende nada de nada, es el último "viejo" que regresa a los despachos del poder, sin duda para desesperación de quienes permanecían a la espera, cargados con un bagaje de conocimientos en la materia, para desempeñar la responsabilidad y el poder que han visto como pasaba frente a sus propias narices para otorgarselo al abuelete Oliart, (81 años) que no tiene ni puñetera idea de esa arma manipuladora que es la televisión pública.

Aquí solo caben dos supuestos para comprender lo ocurrido:
Uno.- Que no es ningún camelo eso de que"los viejos retoman el poder"
Dos.- Que a Zapatero se le ha ido la hoya y nos hace comulgar con ruedas de molino al sacarse de la manga a este "viejo" de la derecha de toda la vida para obsequiarnoslo -incluso con lazo y envoltura - con motivo de las próximas fiestas navideñas y de año nuevo.

Una cosa es cierta; los viejos existimos y a pesar de los achaque propios de la edad. ahí seguimos dispuestos a convertirnos en la savia joven que renueve este país. Ja...ja...ja... (Soñar no cuesta nada).

viernes, 6 de noviembre de 2009

Adiós al viejo profesor

Francisco Ayala, el hombre que se resistía a abandonarnos, y que era portador de innumerables historias de nuestra historia, nos ha dejado a pocos meses para cumplir nada menos que 103 años.

Queda su obra para la posteridad. Infinidad de libros y artículos - a cual mejor- es la herencia que nos ha dejado. Recuerdo haber leído "Muertes de perro", que reflejaba maravillosamente una denuncia de la situación de un pueblo sometido a una dictadura. Quiero pensar la rabia contenida con que escribió ese - y otros libros- durante sus 37 años de exilio. La odiosa dictadura le había despojado de lo más sagrado para él; la posibilidad de haber podido vivir con placidez en sus propias raíces de las que se vio desojado. Mientras ejercía como profesor en diversas universidades americanas, es seguro que su añoranza por la España que él soñó sería lo que le hacia fuerte como un roble para algún día volver a vivir su propia identidad, como así ha sido, hasta que, tras un incesante trabajo en el día a día consideró que el balance ¡al fin! le había sido favorable.

Su fecunda obra literaria no tiene parangón. Su forma de vida tampoco. Los que ya nos encontramos en esa senda que nos conduce al irremediable final, hemos visto en Ayala el prototipo del hombre que estimula a sus congeneres y ejemplariza con su buen hacer a miles de jóvenes que han pasado por sus aulas.

La "nueva" España que le ofreció las vivencias que el ansiaba en su juventud supo recompensarle dignamente con los máximos galardones. Es más, el mundo de las letras donde su obra gozaba de un reconocido prestigio también supo estar a la altura que él merecía y le otorgó títulos y galardones e incluso se le nominó para el Novel de literatura.

103 años de intensa vida se nos han escapado con el fallecimiento de este genial hombre, que considerabamos inmortal.
Gracias Ayala por lo que varias generaciones de españoles hemos aprendido de . Nuestro recuerdo en este adiós va envuelto con la admiración que todos sentimos por lo que has sido y por el legado que nos dejas.

Gracias y adiós para siempre. Su vida ha sido un ejemplo vivo de lo que es capaz un ser humano gracias a sus intenso trabajo, su inteligencia y su actitud siempre generosa para con su país y sus compatriotas.
Esa fue la vida de Francisco Ayala.