domingo, 26 de diciembre de 2010

Llegar a viejos

El aragonés Baltasar Gracian solía decir “todos desean llegar a viejos y, en siéndolo, no quieren parecerlo. O lo que es lo mismo, pasamos la mitad de nuestra existencia deseándonos unos a otros que cumplamos muchos años, pero cuando llega el momento en que hasta nuestro cuerpo nos va arrinconando poco a poco, todos quisiéramos volver atrás para iniciar de nuevo el maratón de nuestro recorrido por este mundo de dios.

Parece ser que los únicos que han sabido interpretar fielmente esta filosofía de la vida han sido los cabezas pensantes que dirigen los destinos de este antiguo continente que no levanta cabeza con sus conflictos económicos. Europa es hoy como un viejo cascaron que una vez en alta mar hace aguas por todas partes, debido al enfurecido y constante oleaje provocado por los vientos huracanados que emergen desde el exterior, empujado por ese terrorífico “mercado financiero” que la invade.

Obligados por ello, nuestros salvapatrias –presos de pies y manos por los mercaderes que les tienen acojonados- no encuentran más alternativa que obligar a todo bicho viviente que ha traspasado la barrera de los 65 años, a que continúen trabajando como si tuvieran menos años y que se olviden de que son ya viejos para ello. La “moviola” de la vida se ha puesto a funcionar y los que deseaban no parecer viejos (como decía nuestro Gracian) ven a ver cumplidos sus anhelos en un futuro próximo.

Así las cosas, asistimos –sin dar crédito a ello- a ver como países con derechos conquistados en tiempos pretéritos por la clase obrera, al grito ambicioso de “trabajadores del mundo uníos”, son derribados en la actualidad. ¿Qué es lo que queda de aquel grito de guerra, que fue capaz de arrinconar al inhumano capitalismo? Solo aquel sueño de unión de los “parias de la tierra”. Y ya se sabe –como decía Calderón de la Barca- que los sueños, sueños son.

Estos últimos días, cuando hemos visto las movilizaciones descafeinadas de los trabajadores en todas la ciudades europeas y muy especialmente –por la cercanía- a nuestros compatriotas, solo se me ocurre pensar que, los de siempre, nos vuelven a ganar la batalla para ir dejando vacía, poco a poco, la caja fuerte del caudal de los logros conseguidos.

Con su caballo de Troya, lleno de engaños, intentando convertirnos en una clase media, siempre con la soga al cuello del endeudamiento, y el caramelo envenenado del consumismo dislocado con el que intentan llevarnos al huerto de los posteriores reajustes a que nos obligan, para salir del paso, los maniatados jefes de gobierno, que no son, a la postre, más que unas simples marionetas en manos del gran capital.
Eso es lo que hay y ya quisieran muchos de los desheredados volver con la moviola del tiempo a los años 20 del siglo pasado en que el capitalismo ladraba asustado que un “fantasma recorría Europa” refiriéndose al marxismo al que tanto temían. Hoy, ganadores ellos, le han dado la vuelta a la tortilla y el “fantasma que recorre Europa” no es otro que el capitalismo crudo y duro en el que nos toca malvivir.

Los que observamos desde la senectud (y nuestras pensiones de hambre) todo cuanto ocurre, no hacemos más que reflexionar sobre el futuro que les aguarda a las generaciones venideras y por supuesto a las de hoy, que son, a fin de cuentas, unas generaciones completamente domesticadas y cada vez más vulnerables ante el poder financiero mundial que se fortalece a medida que avanza su expansión, convirtiéndoles en unos guiñapos sin fuerza alguna. ¡Pobres diablos!

Un año más (el entrante 2011) anhelamos un mundo más justo, aspirando a que no nos sigan hurtando derechos conquistados y evitar la reiterada sumisión ante el fuerte. En tan difícil situación, sólo nos queda aguantar a pie firme todo cuanto sea necesario, ya que de no hacerlo, a las futuras generaciones se les pasará factura. De hecho, ya lo están pagando en sus propias carnes y la cosa no ha hecho más que empezar. ¡La que les espera va a ser morrocotuda!
Deseemosles lo mejor para el año próximo y los venideros. Falta les va a hacer a nuestros descendientes. De momento levantamos la última copa de cava del 2010, para que la “tierra les sea leve” en el calvario que les espera. ¡Va por ellos!

domingo, 12 de diciembre de 2010

¡A vivir que son dos días!

Parece ser que mi escrito anterior ha llegado - de manera inesperada- a una determinada persona, cuya amabilidad se refleja en el contenido de su comentario que hace al pie del mencionado artículo que trataba sobre "Cáncer y telefonía móvil".
El amable comunicante me cuenta que "Evidentemente usted no me conoce y yo no le conozco a usted. Entre otras cosas lindas que me dedica y que muestra su calidad como persona me desea lo mejor en mi lucha contra ese cáncer que se ha presentado sin invitación alguna por supuesto y por ello me dice que "no me rinda nunca, ya que quien lo hace ante una adversidad muere en vida y que las luchas no conocen edad para el que nació guerrero".
Cuando un hombre de 39 años - como detalla en su escrito- es capaz de trasladar tal estado de ánimo, más se reafirma uno en la grandeza de la humanidad, a pesar de sus luces y sombras a las que tan acostumbrados estamos a vislumbrar cuantos ya llevamos muchos años a nuestras espaldas. La vida hay que aceptarla tal como es y cuando con frecuencia solemos decir "A vivir que son dos días", no hacemos más que reafirmarnos en que hay que aprovechar bien el tiempo en nuestra andadura por este mundanal ruido.
El azar de la vida es como es y las circunstancias son en ocasiones las que son y no las que deseáramos que fuesen. La experiencia de quien - como es mi caso- se encuentra ya en el umbral de los ochenta te hace ver que todo es más simple de lo que parece y cuando uno se encuentra de sopetón con gente tan formidable como mi amabilísimo comentarista, se olvida de las cosas menos gratas y solo vale lo dicho.¡A vivir que son dos días!

martes, 23 de noviembre de 2010

La espada de Damocles del cáncer y la telefonía móvil

Cuando me encuentro en pleno proceso de intentar hacer frente a un cáncer de hígado que se me ha detectado hacen unos días, recibo en mi correo la siguiente información "Cientos de casos de cáncer cerca de antenas de telefonía móvil. La Asociación de afectados de Navarra por los campos electromagnéticos (ASANACEM) y de Valladolid (AVAATE) han realizado un excelente trabajo de recopilación de casos de cáncer ocurridos en las inmediaciones de antenas de telefonía móvil".

Lo primero que me viene a la mente es que vivo a unos cien metros de distancia de una de estas estaciones de las que emanan los efectos nocivos electromagnéticos, tantas veces denunciados como desoído por los organismos competentes. Se ha demostrado hasta la saciedad que las grandes operadoras de telefonía móvil se pasan por el arco del triunfo ordenanzas municipales, y sentencias que les obliga a desmantelar estas antenas. Su poderío es tan enorme y los intereses que se mueven a su alrededor son de tal calibre que actúan como si ésto fuera su finca propia. El peligro, ya hace años se dijo desde los medios de comunicación, que estaba en las azoteas. Pero parece que aquello quedó en el más recóndito de los olvidos. Los millones de publicidad que llegan a esos medios parece ser que los ha enmudecido por completo. La Organización Mundial de la Salud, sigue sin concretar nada en relación a la telefonía móvil. No es extraño que ello ocurra, si se tiene presente la actitud de unos de sus prestigiosos miembros (el doctor Repacholi) que tras afirmar los perjuicios que arrastraban tras de sí todo cuanto se circunscribe en rededor a la telefonía móvil, pocos meses después cambiaba de opinión. Algunos millones se dijo que andaban por medio y al final el citado investigador dejó su puesto en la OMS.

En fin, en esta tragedia encubierta es seguro que llegará el día que al igual que ha ocurrido con la constatación oficial en todo el mundo con la causas de millones de muertes que ocasiona el tabaquismo (en España supera los 50.000 al año), después de transcurridas muchas décadas, las grandes tabaqueras no han tenido más remedio que doblegarse ante la realidad, tantas veces negada desde su gran poderío.

Mientras eso ocurre, la proliferación del cáncer y sus circunstancias mortíferas continuaran produciéndose, mientras la cuenta de dividendos de las grandes multinacionales de la telefonía móvil iran en aumento día a día, caiga quien caiga.

De momento a cargar con el cáncer cada cual, esperando que mientras hay vida hay. esperanza...

viernes, 29 de octubre de 2010

Adios al irrepetible Marcelino

En Madrid, en el hospital "Severo Ochoa" donde me encuentro en plena vorágine de médicos que me llevan a cabo una profunda revisión, como corresponde a todos los viejos, que llenos de achaques vamos haciendo camino en esta nuestra ya larga vida, me entero de la gravedad de la situación que afecta a la salud de Marcelino Camacho. Dos días después, los medios de comunicación dan cuenta del fallecimiento de este irrepetible luchador en pro de los derechos de los trabajadores, que tanto desde CCOO como desde la dirección del Partido Comunista de España dejó una profunda huella y nos dió una magistral lección de honestidad, lucha y resistencia a cuantos ideologicamente seguiamos sus pasos.

El Mandela español, con sus años y años de cárcel e indestructible trayectoria ante el desaliento de ir siempre en contra del poder de la derecha (esa que ahora se autodenomina, sin sonrojarse, que es el partido de los trabajadores, pero que entonces bien torturaba y mandaba a presidio por el solo hecho de no tolerar abusos de poder) se nos ha ido con la discreción de la que siempre hizo gala.

En el hospital Puerta de Hierro -cuando le ingresaron a mediados de esta semana- los auspicios no ofrecian demasiado optimismo. A sus 92 años cualquier viejo se ve afectado por un cúmulo de deterioros, que ni tan siquiera Marcelino pueden soportarse. Es ley de vida, suele decirse. Pero lo peor es que esta vida del camarada perdido, no ha sido -ni es- una vida cualquiera. Era y ha sido hasta última hora la vida de un ser irrepetible, al que se le recordará siempre.

Adios Marcelino. Hasta siempre.

jueves, 21 de octubre de 2010

Se abre el melón de las pensiones

Parece ser que esta medida, antipopulista donde las haya, va a ser una cruda realidad. Hace años, gobernando el PP, ya surgieron desde su seno voces que alarmaron a la ciudadanía. Concretamente un asesor de José Mª Aznar, el profesor Barea, recomendaba aspectos de medidas más o menos en la misma línea que ahora se piensan llevar a cabo en relación a reajustes sobre pensiones.

Lo mismo le ocurrió al Gobierno presidido por Felipe González, cuando casi al final de su mandato nos recomendaba aquello de los planes de jubilación privados, que por cierto la crisis que estamos viviendo se ha llevado por delante en todo el mundo el ritmo regular de ésta anunciada panacea para la vejez.

Los citados gobernantes hicieron oídos sordos, entre otras cosas por no alarmar al personal. Sin embargo, llega ahora Zapatero y echándole más valor que el Guerra (famoso torero en su época por sus dotes de valor en los ruedos) y en contra prácticamente de todos (partidos políticos, sindicatos, funcionarios, medios de comunicación etc.) coge al toro por lo cuernos y en vísperas de campañas electorales se enzarza en este aparente sinsentido de meterle mano a esa modificación en las pensiones para llevarla a efecto allá por los años 2.025 o 2.030.

Si lo cómodo para él, era no haberse metido en ese jardín y dejar que allá se las compusieran los gobernantes cercanos a esa época del futuro, no se entiende en absoluto como y por que se decide en momentos tan complicados a abrir el melón de las pensiones.

Ante ese dilema de hacer lo que se debe, me viene a la memoria la frase del histórico personaje alemán Otto Von Bismarck, que allá por los años 1880 dijo que “El político piensa en la próxima elección; el estadista en la próxima generación”.

Con esta alusión sobre como debe actuar un líder, no quiero encumbrar al presidente del actual gobierno de España a la categoría de estadista, pero de lo que no tengo la menor duda es que no piensa demasiado en el calendario electoral que se le viene encima, puesto que éste comienza ya el próximo 28 de Noviembre en Cataluña y concluye en las legislativas de Marzo del 2012, pasando por la prueba de fuego de las autonómicas y locales en Mayo del próximo año. Con este rosario electoral ante sus narices, solo puede pensarse que este hombre es tonto de remate. Muchos son los que eso piensa de él desde hace tiempo, pero no es menos cierto que no da puntadas sin hilo y él sabrá en que fundamenta su atrevimiento.

Algo que me da mucho que pensar, es que los franceses están cercando con severas huelgas al Presidente de la República, entre otras cosas, por ampliar en dos años la edad de jubilación, cosa – por otra parte- que ya están llevando a cabo en Alemania, Inglaterra, Portugal e Irlanda. ¿Acaso se han vuelto idiotas sus responsables políticos?

Ahí dejo la pregunta, para que la resuelvan los cabezas pensantes, como lo es doña Soraya Saenz de Santamaría que recientemente predijo que los presupuestos para 2011 son el testamento político del Presidente del Gobierno; los últimos que va a presentar, con más paro, más deuda, y más recortes, porque los próximos serán los del Gobierno del PP.

Eso sí que es pensar en las próximas elecciones, que por cierto ya da por ganadas. Es decir que ya vende la piel del oso antes de cazarlo.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Labordeta, el anciano adolescente


Intencionadamente he dejado transcurrir unos días, a la espera de que tras la avalancha laudatoria, más que justificada, hacia el siempre rebelde José Antonio Labordeta fuera decreciendo, para exponer mi personal opinión sobre este ídolo del pueblo español en general y muy en particular del de Aragón.

Si la adolescencia responde a la etapa previa a la juventud de una persona, permítaseme que considere a este genial aragonés como el hombre que no llegó a disfrutar del sabor compensatorio de una vida un tanto agitada, como lo fue la suya, que no es otro que el sentirse plenamente abuelo durante muchos más años, y es por eso por lo que hago coincidir su estado de adolescencia con la autentica ancianidad, cuando ésta todavía le pillaba aún a larga distancia. ”La Parca”, con su guadaña maldita, nos lo arrebató antes de hora. Mucho antes de que sus nietos fueran creciendo más aún a su lado, sobre todo ahora que la familia disponía de él a jornada completa, tras su vida inquieta que le transportó de un lugar a otro “cantándole las cuarenta” a quien se hacia acreedor a ello y por supuesto denunciando las injusticias por doquier. Sin duda Labordeta fue el paladín de la libertad merced a ese espíritu rebelde, mezcla de libertario y bohemio característica esencial de su personalidad, lo cual probablemente no le permitió la convivencia plena con los suyos. Él era en el fondo uno más de esas personas entregadas en pro de las causas justas, anteponiendo sus objetivos por encima de su propio interés personal. Este singular aragonés fue siempre así. Él consideraba que merecía la pena luchar sin reparar en esfuerzos y sacrificios. Precisamente por ese afán continuado Labordeta pasa a ocupar, por derecho propio, un lugar en la historia junto a otros grandes hombres y mujeres que le han precedido en la defensa de un ideal sobre todas las cosas.

Así fue su trayectoria a lo largo de medio siglo, y de él puede decirse que murió con “las botas puestas”, ya que hasta hace unos meses aún intentaba –aunque con menor energía- el mandar “a la mierda” a quienes pretendía desviarnos de ese camino recto por el que tanto peleó.

Quienes le guardan un profundo cariño – que son legión- le llaman afectuosamente “el abuelo”, pero el epíteto no es real, ya que Labordeta tenía aún cuerda para rato y con ello haber logrado ser el autentico abuelo que nunca lo fue, ni por edad (hoy 75 años es un paso más en la plena madurez), ni por su rasmía, dispuesto a dar mucha guerra antes de cumplir los 80, ni por que la tranquilidad en el hogar no llega a esta clase de personas hiperactivas hasta que no se traspasa el umbral de los 85 años, con su acumulación de recuerdos y la felicidad de su entorno familiar.

Desgraciadamente la realidad se ha impuesto y este adolescente pre anciano se nos ha ido casi a hurtadillas, anticipando en exceso su “fecha de caducidad” que es la que le hubiera acreditado como un autentico abuelo. Para muchos octogenarios, Labordeta nos ha dejado en la flor de la vida. Una vida ejemplar e irrepetible. Con él se rompió el molde. Y bien que lo saben los aragoneses.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Vicente: Un joven que ha superado ya los 80 años

Afortunadamente hay muchos "jóvenes" octogenarios que, a pesar de su avanzada edad, se encuentran como un pincel gracias a la vida deportiva que suelen practicar. Uno de estos privilegiados es Vicente (un pariente cercano) que sin él buscarlo lleva una vida saludable merced al deporte que desde bien joven viene practicando. Lo chocante es que él y muchos como él, no son conscientes de que la salud no se cuida sola y que hay que protegerla, entre otras muchas formas, con estas costumbres deportivas que llevan a cabo.

Cuando uno recuerda a un jovencisimo Vicente batiéndose el cobre defendiendo bajo los palos de su portería los colores de su equipo El Ducal, y años más tarde como ágil pelotari o jugando al tenis, se explica que traspasados ya los 80 años, se encuentre en tan excelente forma física.

Una envidia sana -mezcla de admiración y deseo de hacer lo que él realiza- me recorre todo el cuerpo al contemplar las zambullidas que en la piscina o en el mar realiza con monótona costumbre cada día, nadando a brazo partido contra los oleajes o en las cristalinas aguas remansadas en la piscina. Sana costumbre, que le mantiene fuerte como un roble, y que con frecuencia complementa con paseos en bici o gozando del automovilismo en su coche "Magda", que con gran ilusión - y su buen dinero, que nadie le ha regalado y que con largos viajes por la mayor parte del país consiguió como representante de una modesta empresa dedicada a la venta de piel para zapateros remendones- ahí es nada la de miles de kilómetros que se ha echado al cuerpo el bueno de Vicente, este joven octogenario que es todo un ejemplo, para quienes nos dedicamos, como todo deporte al "sillón bol"o a emborronar páginas en alguna que otra colaboración periodística y en este blog de "Mayores en apuros". Apuros, precisamente que -entre otros- serán en los que nos veremos la inmensa mayoría de octogenarios que nos dedicamos a ver por la tele, el fútbol, el tenis, el baloncesto, las motos, la formula-1 y lo que nos echen.

¿Como podemos tener aspiraciones a convertirnos en cualquiera de estos "Vicentes" que saben dar movimiento al esqueleto de manera ordenada?. Crudo lo tenemos viejos amigos. Crudo lo tenemos.

martes, 24 de agosto de 2010

Indignación en Valencia por el abandono de 1800 ancianos

En pocas ocasiones he criticado desde este blog a políticos y gobernantes y no por falta de ganas, ya que sus actuaciones en algunos casos concretos dejaban mucho que desear. Pero en esta ocasión, a la que voy a hacer referencia, la actitud de la Consejería de Bienestar Social de Valencia ha hecho lo que ningún gobierno autonómico se ha atrevido a hacer; abandonar a su suerte a 1.800 ancianos acogidos en distintas residencias privadas, pero concertadas con la Generalitat, por cuyas plazas abonaba el 80% del costo de las mismas. Esta información que he leído a través del diario valenciano "Levante" del día 24 de Agosto me ha indignado tanto como a las familias de estos pobres viejos incapaces de valerse por si mismo y que a partir del día 1 de Septiembre quedarán en la puta calle, si el Gobierno de Francisco Camps ( imputado en la trama Gurtel) sigue en su decisión de no renovar el contrato de concertación con las residencias privadas en las que estaban instalados estas personas de avanzada edad. No extraña las movilizaciones llevadas a cabo contra la Generalitat e incluso las declaraciones de indignación de familiares y allegados que acusan a los responsables de este abuso de poder y de una actitud injusta a todas luces. No se cortan ni un pelo cuando dicen alto y claro que esas plazas se pagan con el dinero de los contribuyentes, y que al Consell le importan una mierda como se encuentren los afectados. Es una vergüenza - dicen- lo que pasa en esta Comunidad valenciana.

Según se detalla en el Levante, las familias no esperaban esta "estafa" aunque siempre -los gobernantes valencianos- lo que hacen es vender humo continuamente, cuando la realidad es que esta Comunidad es un desastre en materia social.

En una palabra, este humilde blog se solidariza con todas esas familias y por ello se une a está más que justificada indignación que muestran contra este atropello con los más débiles de la sociedad. Hasta ahora no había un caso igual de indignidad de unos gobernantes insensibles al dolor y al padecimiento. Son en definitiva el garbanzo negro de todo el país.

¡Insensatos! eso es lo que son los Camps y compañía, unos insensatos sin sentimientos ya que si tienen dinero sobrado para cubrir esos multimillonarios eventos de la Formula-1 y de las Grandes regatas portuarias, entre otros derroches del dinero público, y sin embargo ahora han debido decir- sin avergonzarse de ello- ¿Que hacemos con los viejos?. De momento, enviarlos a la calle y se acabó el problema. ¡Que brutalidad señor Camps! ¡Que brutalidad!.

domingo, 1 de agosto de 2010

"Luky", mi inseparable amigo de los veranos

Ineludiblemente, cada verano comparto mi tiempo de ocio junto a mi inseparable amigo el perrillo "Luky". Mi nieto me presta a este fiel animalillo mientras él con sus padres se ausenta a recorrer esos mundos de Dios en medio del fragor turístico que invade a muchos miles de españoles para conocer otras tierras más allá de nuestras fronteras.

En verdad que este "Luky" de prestado se hace de querer. Ante su tranquila actitud cada vez entiendo mejor aquello que se ha dicho siempre de que el "perro es el mejor amigo del hombre". Su mansedumbre hogareña es algo inaudito. Es incapaz de dar el coñazo para que se le saque a la calle. Cómodamente tumbado donde le place -ante el rigor del caluroso estío de cada año- espera pacientemente a que se le diga "Vámonos Luky". Da la sensación de que su alegría es enorme al oír la contraseña y es entonces cuando moviendo el rabo con una gracia por arrobas permanece junto a la puerta a que ésta se habra para salir de estampida. No he tenido perro alguno en mi vida, ni entiendo de razas caninas. Lo único que sé a ciencia cierta es que el perrillo prestado por mi nieto es un compendio de humildad y sin el menor asomo de altanería. Sin temor a equivocarme puedo garantizar que este perro es de buena raza. Es decir que es buena gente.

Cuando sale a la calle, busca rápidamente el césped que se encuentra en mejores condiciones para meter en lo más profundo del mismo su pequeño hocico, en busca, vaya usted a saber, que remedios estomacales para autoprotegerse de las dolencias, sobre todo cuando se trata de un chucho que ya va cargado de años. El "jodido" perrillo resulta gracioso incluso hasta cuando suelta sus reiterativas meadas al pie del árbol que se le antoja.

Hace años, cuando mis paseos con "Luky" eran más una obligación que una devoción, he de confesar que me traía al pairo su forma de ser, pero con el tiempo la cosa ha cambiado y reconozco que espero cada verano su puntual llegada a su hogar prestado. En verdad que este perrito, al que solo le falta hablar para alcanzar su perfección, me ha ido ganando año a año y de hecho se ha convertido en el "nieto adoptivo" de los veranos.

Uno, que es optimista por naturaleza, espera seguir dando paseos matutinos, vespertinos y nocturnos de hombre con perro, donde cada vez esta menos claro quien saca a pasear a quien. Yo doy por hecho que el ejercicio de piernas que ambos hacemos cada día es beneficioso para ambos, pues ya se sabe que las piernas en movimiento hacen mover acompasadamente al corazón, y eso queridos amigos es muy saludable, tanto para Luky" como para mi mismo.

Con este ejercicio a dos, confío que ambos seguiremos dando paseos y más paseos con un desafío mutuo de una pareja de "ancianos" para ver quien aguanta más.

Por lo pronto, a medida que pasa el tiempo parece que estamos más unidos y por lo tanto solo resta, al concluir este periodo estival, despedir al bondadoso "Luky" con un anhelado reencuentro en el verano del 2011 diciéndole con afecto ¡Hasta entonces, fiel amigo!

¡Hasta siempre compañero!

lunes, 19 de julio de 2010

El necesario control médico a los ancianos

Afortunadamente vivimos en un país, en el cual el control médico a las personas de avanzada edad es muy notable. Quizá sea esta la clave de que hoy por hoy somos el segundo país del mundo -tras el Japón- con mayor número de ancianos. Eso es bueno y debemos congratularnos por ello.

Los médicos y el personal sanitario en general nos dan un trato exquisito y en ocasiones con más paciencia que Jop para soportar nuestros reiterados lamentos en los que pretendemos exponer los achaque propios de la edad.

Si ese constante control que recibimos de los profesionales sanitarios, imagenense lo que supone tener una hija médica, como es mi caso. El seguimiento es constante, dado el cariño filial y sus desvelos por tener a sus padre como un pincel. El marcaje perfecto a que nos somete a todas horas alcanza lo puramente médico. El reclamarnos que prestemos la máxima atención a los peligros de los golpes de calor y el aprender a evitarlos es una constante en estos días del cálido verano que sufrimos. Las revisiones para detectar cualquier anomalía en evitación de males mayores son aspectos de reiterada recomendación. Del colesterol, la hipertensión, el rutinario tratamiento con el Sintrón, la exigencia de llevar a cabo el paseo diario, y la recomendación de tomar mucha fruta y poca grasa, es la canción de todos los días.

Cuando me detengo a reflexionar sobre la "matraca" que he de soportar -sin decir ni pío por mi parte- sobre las diversas recomendaciones referentes a lo que hay que hacer y lo que no debo hacer, llego a la conclusión de que merece la pena tomar buena nota y cumplirlo todo a rajatabla, ya que a fin de cuentas todo ello es beneficioso para mi salud. Esto mismo (aunque sin tanta insistencia) es lo que los millones de ancianos de todo el país reciben de sus médicos y especialistas. Nada mejor que seguir sus consejos al pie de la letra. Con ello, solo cabe esperar un factor positivo: Larga vida y una vejez resistente a prueba de bomba. Así sea.

miércoles, 14 de julio de 2010

Locos por un balón

Parece mentira, pero asi es. La movida llevada a cabo en las últimas semanas se debe a todo cuanto se mueve al rededor de ese dichoso balón en tecnicolor, que hace que el fútbol se convierta en el "Deporte Rey".

Desde los más pequeños a los más ancianos de todo el mundo mundial hemos estado como enloquecidos por el resultado final del Campeonato que ha reunido a los mejores equipos y claro, como encima han ganado los nuestros, la euforia se ha desbordado hasta límites insospechados.

Durante este evento deportivo, la gente se ha olvidado de crisis, de paro y de cienmil puñeterias de esta perra vida. Y los ancianos, ni te cuento. Todos los viejos del lugar hemos echado el cerrojo del olvido a esa vida reglada y metódica que se suele llevar cuando se llega al humbral de la ancinidad. Con el atracón de emociones fútboleras, parece ser se nos han evaporado todos los males y eso que hemos dado esquinazo a los cuidados con el colecterol, a la hipertensión (buenos estabamos como para que se nos tomase la tensión tras uno de los emocionantes partidos de la "Roja". No nos ha costado nada el memorizar todas las diabluras de los Iniesta, Villa, Casillas, Puyol y esa cuadrilla de jugadores que magistralemente dirige Vicente del Bosque. No nos hemos acordado del tabaco puesto que ya lo teniamos en el olvido, pero sin embargo nos ha importado un rabano tomar una copita de más o varias cervezas bien fresquitas. Hemos dormido placidamente soñando con más triunfos, y no dando mil vueltas en la cama como es habitual.

En una palabra, hemos formado parte de esa locura colectiva que nos ha llevado a lo más alto del podium de los triunfadores, como si nosotros mismos hubieramos metido los goles.

En definitiva nos hemos comportado como unos locos de atar. ¡Bendita locura!

Hacía más de sesenta años que esperabamos esta hombrada, pero nunca fue posible a pesar de contar con jugadores de categoría, como lo fueron los Zarrra, Ramallets, Puchades, Gento, Gainza, Basora, Cesar, Butragueño, Iribar,...y un largo etcetera, entre los que incluso estaban el excepcional Diestefano y el no menos famoso Kubala, que incluso se nacionalizaron para poder jugar con la Selección Española. A pesar de ello, no fue posible.

Ahora ¡al fin! lo hemos logrado y nos hemos sacado la espina que durante muchas décadas llevavamos ahí clavada. ¡Somo los mejores del mundo!. Y nosotros hemos tenido la suerte de haberlo vivido. Cuantos amigos y familiares -compañeros de fatigas fútboleras- se han quedado en el camino y no han tenido nuestra suerte.

Ahora que para suerte, la de los fútbolistas de nuestra selección, que van a cobrar 600.000 euros cada uno por su hazaña. ¡Manda cojones!. Pero hasta eso se nos ha olvidado estos locos días. Y es que estamos para que nos encierren a todos los españoles en un macro manicomio por las chorradas que hemos protagonizado estas últimas semanas con el jodido balón.
¡Que le vamos a hacer!. El fútbol es el fútbol y lo demas a tomar...el viento ¿No?.

lunes, 21 de junio de 2010

Saramago; vilipendiado por la Iglesia Católica

"La Biblia", fundamento de la Era Judeo Cristiana, nos muestra grandes y elogiables líneas a seguir en su contenido. La segunda parte (el Nuevo Testamento para los cristianos) rompe amarras con lo anterior en su referencia a la venganza por el admirable principio de "amar al prójimo como a mimo". Queda por lo tanto fuera de lugar - para los cristianos- aquello del "ojo por ojo".

Viene esto a colación, por la actitud miserable y anticristiana del Vaticano, cuando, desde su órgano oficial "L'Obsservatore Romano", repudia en un despreciable ataque al escritor Saramago, en el mismo día en que su cuerpo yacía en espera de sus merecidas honras fúnebres. Acusa a este honorable anciano de haber escrito y reflexionado en reiteradas ocasiones sobre las actitudes negativas de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, acusándole de haber vivido hasta el final de sus días agarrado a su pertinaz fe en el materialismo histórico de Carlos Marx. No contentos con esa repugnante venganza (retomando el "ojo por ojo" vengativo, reprobado por Jesucristo) califica la obra del premio Novel de un constante sentido irreverente, atribuyendole una intención de hacer banal lo sagrado y a la vez le tacha de popular extremista.

Queda fuera de lugar esta actitud manifestada por la cabeza visible de los Católicos. Allá la más alta Jerarquía de la Iglesia con su conciencia. Lo que no admite ninguna duda es que el piadoso perdón tantas veces ostentado por esos autodenominados representantes de Jesucristo en la tierra, han actuada totalmente contraria a lo predicado por ellos. Una vez más han demostrado ser unos "sepulcros blanqueados" o sea, unos hipócritas de tomo y lomo.

Mientras esto ocurría, el mundo de las letras lloraba la perdida de este anciano, que ha pasado a la historia, además de por habernos legado su gran obra literaria, por la intensa lucha llevada a cabo en pro de los desfavorecidos. Ese es el gran caudal que nos deja José Saramago, aquel que nos decía que lo mejor que podíamos hacer era dejarnos llevar por el niño que fuimos. En su caso, un niño que durante años no supo ni leer ni escribir, pero que cuando aprendió a hacerlo, contó verdades sin la menor mota de hipocresía, como han hecho a lo largo de la historia los mismos que ahora han arremetido contra él, cuando ya no puede defenderse con sus escritos, como lo hizo antaño, fustigandoles con el látigo de la honestidad y la certidumbre, como bien han glosado desde todos los rincones del mundo al conocer la fatal noticia de su fallecimiento.

Saramago ha muerto, pero queda para siempre su obra y la memoria de su vida ejemplar. Él sigue vivo aún no estando ya entre nosotros. Ese es el baldón de su gloria, que jamás estuvo presto para lograrlo. Su sencillez y honorabilidad era el manto con que sin desearlo le cubrió a lo largo de su existencia.

miércoles, 9 de junio de 2010

¡Ancianos del mundo unios!

Permitaseme describir ese sueño de emular a la eterna frase con la que Carlos Marx quiso explicar a los trabajadores, hace 160 años, con aquel grito desesperado de ¡Trabajadores del mundo unios! intentando mostrarles que su patria era la unión de todos ellos.

Hoy, aquellas palabras -aunque para algunos huelan a naftalina- son tan relevantes como lo fueron en aquella época. La única diferencia es que durante años el pavor de los dueños del dinero a nivel mundial fue enorme. Se decía, ante la irrupción del mundo de los trabajadores que "un fantasma recorría Europa" (el Comunismo) que hacia temblar a los poseedores del todo obtenido a cambio de nada. Los trabajadores creyeron en su fuerza y se repetían una y mil veces ¿Quien más puede ayudarnos a los obreros que nosotros mismos?

Aquella utopía les fortaleció de tal manera que el mundo cambió, ¡vaya si cambió!

Aunque por desgracia no tanto para comprobar que en la actualidad, los que parecían dar por perdida la sartén la volvieron a coger por el mango bien sujeta y ahí tenemos hoy a millones de trabajadores esparcidos por todo el orbe, huyendo a la desesperada de un continente a otro como despavoridos, alejándose de la tierra que les vio nace en busca de un mendrugo de pan. Todos permanecen -tanto los que están, como los que llegan- bajo la bota opresora de una estrategia llamada "Libertad de Mercado" que controla a gobiernos y ciudadanos.

Esa misma fuerza opresora es la que aprieta el cuello a los millones de ancianos que en mi sueño reivindicativo quisiera ver como se niegan a aceptar la continuación del sistema que ataca directamente a nuestros derechos y condiciones dignas, que sobradamente nos hemos ganado en el transcurso de nuestras vidas y quisiera que fuéramos capaces de mostrarlo en la calle con fuerza, lo que a fin de cuentas es el único lenguaje que entienden los que dirigen este mundo de las altas finanzas controlando hasta el último Euro, el último penike, o el último céntimo de dolar o de piastra. Esos son los que veo en mi sueño, tan real como la vida misma.

Al despertar de la apasionada ensoñación del llamamiento universal de ¡Ancianos del mundo unios!, me encuentro con la cruda realidad de una limosna a modo de pensión rebozada con una retahila de engañabobos, como los que el Alcalde de mi ciudad (el ínclito Belloch) que nos pone en bandeja una serie de talleres con el rimbombante titulo de "Un verano saludable" anunciando el desarrollo de un espacio de promoción del envejecimiento activo como forma de mejorar la calidad de vida de los mayores". ¡ Menudo despertar !

¿Que más podíamos esperar de este mundo mercantilizado y engañoso que nos han preparado los discrepantes de Carlos Marx?. De cualquier manera, soñar no cuesta nada y prefiero rememorar de nuevo en mis sueños aquellos tiempos de esperanza mundial, cuando un "Fantasma recorría por Europa" al inicio de los años 20 del pasado siglo. ¡Que tiempos aquellos!.

lunes, 17 de mayo de 2010

Más apuros para los pensionistas

El presidente Rodriguez Zapatero dejó bien claro que él era consciente de que muchos ciudadanos no entenderían que precisamente cuando el Gobierno les está anunciando que se ha iniciado la recuperación, les pida al mismo tiempo más esfuerzo y mayores sacrificios.

A partir de ese reajuste se ha destapado la caja de los truenos y han comenzado a darse toda clase de explicaciones desde las filas del Gobierno y a la vez -por parte de la oposición en general, pero muy en particular desde la derecha del PP- cargando las tintas en su críticas, con la única intención de sacudirle estopa a Rodriguez Zapatero por iniciar su reajuste económico sobre las espaldas de los funcionarios públicos y los pensionistas. Sobre estos últimos todos los españoles se han sentido atropellados por las medidas tomadas, sin apenas conocer las dimensiones de las mismas. Ello es tan cierto, como que todos tenemos algún pensionista en nuestro entorno familiar y de buenas a primeras nos han echado este jarro de agua fría. Claro que...pensionistas en este país los hay de varios pelajes. Unos con jubilaciones máximas, otros a mitad de camino, (y a todos ellos se les privará el año que viene de aumento alguno) y en el vagón de cola viajan ese núcleo de personas de avanzada edad, los de las pensiones mínimas, que junto a los que perciben las no contributivas ( que suman más de tres millones) y que verán aumentar su pensión con normalidad, para seguir pasando - a pesar de esa ventaja- apuros mes tres mes, esperando que lleguen las extras de Julio y Diciembre, para darse un ligero respiro. Estos apuros, son los mismo que pasan los funcionarios públicos que sólo ganan los sempiternos mil euros, los cuales apenas tendrán que deducir nada de sus ingresos, en ese reajuste de los diablos que nos ha caído encima como una losa, especialmente a esos funcionarios que verán reducidas sus nóminas en 300 euros al mes.

Además, estos privilegiados, por tener un trabajo garantizado, juegan con el sentir general de que su situación no preocupa a la ciudadanía como es el caso de los pensionistas, ya que por lo contrario que a éstos, lo de los funcionarios les pilla lejos de su entorno.

Cuando hoy, día 17 de mayo, la noticia a nivel mundial, es que el Euro se hunde a niveles del año 2006 y que todos los países comienzan a poner en práctica reajuste de "caballo" para salir de esa situación, uno -por muy cortas que tenga las luces de sus entendederas- llegará a la conclusión de que la culpa de este deterioro de nuestra moneda, a la que estamos esclavizados, no la tiene el maltrecho Rodriguez Zapatero. En una palabra, los apuros en general y en particular los que sufren los ancianos con pensiones de hambre, no hay quien lo remedie en este ciclo crítico que estamos atravesando. Al final, no hay más que recordar aquel provervio árabe que dice " Si tu mal tienen remedio, para que te preocupas y...si no lo tiene para que te preocupas".
O lo que es lo mismo; hay que aguantar el temporal venga de donde venga el viento.

martes, 4 de mayo de 2010

MADRID, EN EL RECUERDO

A finales de 1954 llegué por primera vez a Madrid. A mis 23 años quedé asombrado, tanto de la ciudad como del encanto de sus gentes, lo cual marcó en mí una profunda huella que ha permanecido inalterable hasta el momento presente. Quedé prendado de todo cuanto alcanzaba mi vista. Madrid era mucho Madrid.

Aunque procedente de mi Valencia natal (que tampoco estaba mal) desde el primer momento reconocí la gran diferencia existente entre la gran urbe madrileña con la ciudad levantina. Motivos profesionales fueron los que provocaron mi desplazamiento y en buena hora el destino me reservaría cara al futuro no solo el disfrutar de un sinnumero de visitas a la capital del Reino, sino que con el transcurso de los años, mi hija mayor se afincó a la vera del río Manzanares y con ello he tenido la gran oportunidad de mi vida; tener a Madrid como mi segunda residencia. Durante 56 años he mantenido limpia en mi retina como era aquel Madrid de hace más de medio siglo. El bullicio de sus calles, en especial la GranVía (centro de singulares salas de espectáculos, restaurantes, hoteles, y cafeterías para el gusto de los más exigentes, como lo era la del famoso barman "Perico Chicote". ) y junto a ello la elegancia y frondosidad del Parque del Retiro, la Castellana, Recoletos, la Cibeles, y tantas cosas más, que jamás dejaré en el olvido.

Con el paso del tiempo, la ciudad creció y creció más cada día, pero el sabor de los madriles se mantuvo inalterable en su Puerta del Sol, la plaza Mayor, el entorno del Palacio Real, el Paseo de Rosales y todo lo anteriormente citado. Ese es el Madrid, que un día descubrí y que guardo en el recuerdo de mis años mozos. Muy posteriormente y ya entrado en el umbral de la vejez, aquí he pasado mis ratos menos gratos que afectan a mi salud y que, como a cualquier hijo de vecino al que se le echan los años encima, se le presentan cuando menos se les espera. Un abanico de operaciones, tratamientos médicos, exploraciones radiológicas etc. han sido el pan nuestro de cada día. De cualquier manera y a pesar de ello y sin pecar de agorero, quiero creer que aunque se suele decir "De Madrid al cielo", vaya por delante mi predisposición a seguir vivito y coleando en el Madrid de mis amores.

El hecho de haber recibido aquí en Madrid - en donde me encuentro felizmente una vez más-unas fotografías seleccionadas por mis amigos de Zaragoza María Eugenia y José Luís, en la que graficamente se refleja el Madrid que yo encontré, puesto que son muestras gráficas retrospectivas, me ha motivado para exponer lo que ha significado esta gran ciudad a lo largo de mi vida.
Con frecuencia se suele decir "París bien vale una misa" que se le alude al rey Enrique IV de Francia, bien podíamos decir que "Madrid bien vale tener un merecido recuerdo para quienes lo visitan, aunque tan solo sea una vez" . Merece la pena tener a esta grandiosa ciudad en la memoria, porque...entre otras cosas y no me cansaré de repetirlo; Madrid es mucho Madrid.

jueves, 22 de abril de 2010

El "peso" de los años

Hoy desde mi blog desisto de mi costumbre de incidir sobre la política de asistencia a los "viejos del lugar" de esta ciudad de Zaragoza, en donde cerca del 20 % de sus más de 600.000 habitantes están catalogados de hecho y derecho como personas mayores o de avanzada edad.
Quiero pensar que hay algo que nos iguala a todos los ancianos del mundo mundial. Ese algo, no es otra cosa que el "peso" de los años que irremediablemente se acumula en nuestro cada vez más endeble organismo.
Y no solo me estoy refiriendo a los males comunes que se nos presentan uno tras otro y asistimos impotentes a comprobar que él corazón, deja de ser el potente motor que lo fue durante muchos años y comienza a mostrarnos signos de flaqueza, al igual que ocurre con los pulmones, que han dejad de ser lo que fueron. Y si hablamos de la vista, cada vez más necesitada de las lentes de apoyo, así como las afecciones en la audición, donde muchos soportan una sordera a prueba de bomba, nos daremos cuenta que los años nos van minando por doquier y el "peso" de la ancianidad no solo se refleja en esas piernas más lentas cada día, sino que incluso el cerebro, ese ordenador particular que toda la vida nos ha guiado y nos ha dotado de infinitos reflejos, parece que con los años se va encogiendo y hemos de seguir sin su vigor y poderío.
Siendo toda esta sarta de deficiencias físicas las que día a día nos van pesando más y más en nuestra cotidiana vida, lo que en verdad agrava la época de la ancianidad es el "peso" de la soledad y en ocasiones el abandono más absoluto que padecen quienes llegan a "pasarse" de años, superando los 80 o los 90, cosa frecuente en éstos tiempos. Esa situación, en la que uno va perdiendo amigos, familiares e incluso su entorno cotidiano durante parte de su existencia, que también va demoliéndose al mismo compás que nos vamos cargando de años, es sin duda alguna la peor carga que soportan esos millones de seres esparcidos por los cinco continentes, a los que con todo derecho podríamos calificar como los pacientes abuelos del mundo, que asisten sin apenas rechistar a todos los cambios que va sufriendo su vida y su entorno.
Ese es - repito- el verdadero "peso" de los años

viernes, 9 de abril de 2010

El ayer y el hoy de la emigración

Recuerdo - como si fuera ayer mismo - cómo millares de españoles con su maleta marchaban más allá de las fronteras para conseguir (con los peores de los trabajos) el ganarse un jornal más decente de los que aquí se ganaban aunque estuvieras trabajando de sol a sol. Todo el mundo emigraba. En principio a las grandes ciudades para hacerlas más grandes, mientras en los pueblos quedaban tres y el de la guitarra. Muchos años antes se había producido la marcha de los "indianos". Aquellos que con más moral que el Alcoyano se embarcaron rumbo al continente americano y algunos lograron hacer fortuna. Los pueblos del norte de España, conservan aún las espledidas villas que aquellos "indianos" se hicieron construir mientras continuaban en su nueva vida afincándose en el nuevo mundo. Siempre fuimos un país de emigrantes.

Hoy, los "viejos del lugar" nos alegramos de que lleguen a nuestras tierras oriundos de los más variados países. Buena señal es ésta.

Las gentes de las generaciones del primer tercio del siglo pasado, los hoy denominado "mayores" a pesar de nuestros apuros, nos complace compartir con los que llaman a nuestras puertas, vengan de donde vengan, para hacer sus "americas". Ojala lo consiguieran todos a pesar de la crisis que nos invade.

Dice - con acierto- el profesor de la Universidad de Zaragoza don Ángel Sanz "que el mundo está lleno de población joven deseosa de tener una oportunidad en los países ricos y se la debemos ofrecer. Hay tiempo para abordar soluciones colectivas y solidarias..." Más claro, agua en un vaso.

No hay nada mejor en la vida que saber compartir, aunque ello no sea moneda corriente. Por cuestiones personales la única relación que tengo de manera regular con emigrantes es con los rumanos. Se - que al igual que todos los que emigran- las dificultades a que tienen que hacer frente son tremendas. Lo primero es la quiebra que se produce con esa marcha forzada, abandonando tus propias raízes, dejando allí a sus mayores en aquellos pueblecitos rurales como Botosaní,Tocsaní, Bordestí... con todo lo que supone éste alejamiento, quizá para siempre. Estos, los rumanos, al menos hoy están integrados en la Unión Europea, lo cual les permite abrirse camino de una manera estable y se pueden considerar ciudadanos españoles de hecho y de derecho a la hora de beneficiarse del excelente Sistema Sanitario Público, de la enseñanza gratuita, e incluso del derecho a subsidio de paro como cualquier español.

Yo, que fuí un emigrante en Zaragoza, procedente de una de las zonas agrícolas más ricas de España como es la de Valencia, no llegaba a comprender, como agricultores de tierra tan fertil tomaban también la maleta de la emigración. La necesidad obligaba a ello, lo mismo que a los rumanos , cuyo país fue considerado siempre como el granero de los Balcanes, se han visto forzados a emigrar.

La riqueza en el mundo esta mal mal repartida. Aquí llegan hambrientos los africanos, y en busca de soluciones los sudamericanos. Todos ellos son merecedores de mayor suerte y lo único que pretenden es tocar a la puerta de la zona más rica de Europa, al igual que lo hacen cuando llegan de manera clandestina a los Estados Unidos. Los viejos, vemos pasar los años y no nos cansamos de ver que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
¡Ya esta bien!. Al menos dejemosles entrar, aunque no para aprovecharnos puntualmente de ellos cuando las cosas nos van viento en popa y luego...que te vaya bien Lucas.
De eso nada de nada.

martes, 30 de marzo de 2010

De los abuelos de ayer a los de hoy

Infinidad de veces he reflexionado sobre la veneración con que los abuelos eran tratados en mi infancia. Aquellos hombres y mujeres eran el epicentro del núcleo familiar. Todo se movía bajo su sagaz experiencia de la vida. El trato, tanto de nuestros padres como los de nosotros sus nietos, no podían ser más respetuoso para con aquella pareja de ancianos. Nos dirigíamos a ellos sin tuteos y para todos, su sola presencia ocupando siempre la cabecera de las mesas a la hora de comer era algo que imponía autoridad. El patriarca marcaba una situación en la que se entrecruzaban un cierto temor y un persistente respeto que hacia inviable el contradecirle, cuando nos mandaba cumplir cualquier cosa. Su sentido común en el decir y en el actuar impresionaba tanto a sus hijos como a sus nietos. Sus mil y un consejos –casi siempre acertados- se escuchaban con el máximo interés.
Impresionaba como en los casos de enfermedad de alguno de ellos, toda la familia en bloque se desvivía a su alrededor a fin de hacerle más llevadero sus trastornos físicos. En aquellos años solo podían recurrir a un buen médico e incluso a un doctor especializado quienes pudieran pagarlo. El resto se las arreglaba con remedios caseros y en caso de gravedad se podía solicitar atención de la llamada Beneficencia Municipal a donde acudían los pobres de solemnidad.
Nuestros abuelos se daban más que por satisfechos con saber que allí, todos como una piña, estaban los miembros de su familia –generalmente muy numerosa- a su lado, hasta que Dios o el destino lo dispusiera.

Con el tiempo todo aquella veneración respetuosa fue deteriorándose, y en ese espejo retrovisor de la vida recuerdo perfectamente el haber visto infinidad de “abuelos” que iban cada mes a casa de uno de sus hijos con su maleta a cuestas. Con ello se quebraba aquel santuario de la familia alrededor de sus mayores de manera inquebrantable. Todavía hoy persiste algo de eso, pero la realidad en esta época es totalmente distinta. Los abuelos del siglo XXI disponen en su gran mayoría de vivienda propia y ayudan a sus hijos en la medida que pueden, especialmente en apoyo de la crianza de sus nietos, esos chavales que sin contemplación alguna, conforme van creciendo les machacan a placer haciendo su propia voluntad. Estos ancianos que son realmente una generación que quiso romper moldes, pasando del exceso de respetuosidad para con sus mayores, a ofrecer la más amplia libertad para todos los miembros de esa familia (ya no tan numerosa como las de antaño) y al final terminan por no haber vivido con total independencia tanto en el ayer como en el hoy.

De cualquier manera y a pesar de los pesares, los abuelos actualmente – cuando pueden- tienen la posibilidad de vivir ampliamente y disfrutar del estado de bienestar, que en gran medida se debe a su trabajo y aportación para hacerlo posible.
Bastantes de estos abuelos se van a los centros de convivencia, a las excursiones colectivas organizadas para Mayores, e incluso – aquellos quienes tienen una economía más aceptable de lo normal- pueden pasar sus vacaciones con el INSERSO en lugares paradisiacos. Y por si faltase algo, no nos olvidemos que cada dos meses tienen que ir a recoger la bolsa “impagable” de sus medicamentos que han prescrito el médico de familia e incluso los mejores especialistas tras haber sufrido una importante intervención quirúrgica en el mejor hospital de la ciudad en que viven. Todo ello y con una pensión mejor para unos que para otros, pero con la que van arreglándose, puede decirse –sin error a equivocarse- que los abuelos de hoy viven más años, por que su vida es más sana en todos los sentidos. Solo algunos echamos en falta el respeto reverencial que se les tuvo a los abuelos en el pasado.
¡Que le vamos a hacer! …la perfección no existe. Pero en honor a la verdad, hay que reconocer que en lo material –al menos en este país- ahora los abuelos no vivimos mal. Ojala en todo el mundo lo vivieran de igual manera. Mejor les iría.
Aquí podemos dar palmas con las orejas con lo que tenemos ¿o no?

lunes, 22 de marzo de 2010

La ancianidad me corroe

Cuando oí a un recién jubilado de 65 años, lleno de vigor y vitalidad plena que la "ancianidad me corroe", no pude ocultarle mi discrepancia ante tamaña barbaridad. Con mis casi quince años de diferencia intenté transmitirle algunas de las ventajas que a partir del momento en que recibiera su primera pensión, la cual dicho sea de paso no es de las calificadas como mínimas, si no todo lo contrario, podía de hecho permitirse un futuro placentero. El considerarse "un anciano" sin serlo, era lo primero que debía erradicar de su mente. A partir de ahí y ya con los hijos y nietos que tiene la fortuna de que le alegren esa vida monótona, que se le viene encima de ahora en adelante, en su cotidiana nueva vida de no saber que hacer, es algo que nada tiene que ver con la realidad. ¡Mucho cuidado con esa forma tan negativa de pensar! le dije, y por añadidura, aunque de forma brutal, le increpe a que era necesario levantar el ánimo de ese estado deprimido y que por ese derrotero -equivocado a todas luces- no se iba más que a donde crecen las margaritas. Es más, le dije bien claro que a lo largo de mis años de jubilación me había encontrado con casos de individuos que al faltarles -como el aire que respiran- sus habituales actividades profesionales, no llegaron a la plena ancianidad y se quedaron en el camino.

Mi interlocutor enmudeció de repente ante mi acoso verbal en el que le dejaba bien patente que la ancianidad hoy en día es un paso histórico, ya que afortunadamente somos muchos más los que disfrutamos en el supuesto ocaso de nuestras vidas que los que por desgracia sufren y hacen sufrir por motivos de su quebrada salud. La actual generación de octogenarios -independientemente de algún que otro achaque- es la mejor atendida y la que desde su almena de los años vividos, le hace ver con nostalgia el ayer, pero disfrutando también anticipadamente lo que le espera en el mañana. La ancianidad es un don inapreciable, y por eso hay que saberla vivir con alegría. Si alguien se encuentra descentrado con esa nueva vida que supone pasar de la actividad al sosiego y ello le corroe es por que en definitiva es un pobre de espíritu. Y ante esta situación hay que levantar la cara y echarle "reaños" a la nueva vida y hacer de ella una buena vida.
Ese es el secreto. A mal tiempo buena cara y "pelillos a la mar" que dicen los castizos.

viernes, 12 de marzo de 2010

Una cosa tenemos muy clara los mayores y es que sabemos que nos vamos a morir

Este titular lo he usurpado parcialmente de lo dicho por el profesor de la Universidad de Zaragoza don Ángel Sanz en la conferencia que ofreció en la sede de la FABZ (Federación de Asociaciones de Barrio de Zaragoza) con motivo de la celebración del día del mayor. La frase inicial se completa con lo siguiente..."estad tranquilos, un día u otro nos vamos a morir y dejaremos de costar tanto como se piensa.

Las reflexiones del profesor Sanz son dignas de ser conocidas y por ello me he permitido hacrme eco de gran parte de lo expuesto por él, en mi columna habitual sobre mayores del periódico "CRONICA DE ARAGÓN" y que para que puedan ojerlas los lectores de mi blog no tienen más que buscar en las siguientes páginas:
http://www.cronicadearagon.es/wordpress/?p=9453
http://www.cronicadearagon.es/wordpress/?p=10337

Todo su contenido, referente al hoy y al mañana de los mayores es francamente muy aleccionador, merece la pena echarle un vistazo.

lunes, 8 de marzo de 2010

"Amigos a domicilio"

Con ese entrañable titular, hace unos momentos que tenido la satisfacción de ver un programa televisivo del canal 9 en el cual un grupo de personas del pueblo valenciano de Mislata (localidad, definida hoy en la práctica como un barrio de la capital levantina con una población superior a los 50.000 habitantes) se dedican a llevar a cabo en su localidad, de una manera periódica, visitas a vecinos con dificultades físicas y problemas de soledad, mostrando con ello un afecto especial y mostrándose como lo que realmente son, es decir como unos buenos "amigos a domicilio".

Quienes por nuestra edad vamos conociendo el semi-olvido que sufrimos ante un real alejamiento de quienes considerábamos haber compartido gran parte de la vida, valoramos en gran medida ese comportamiento de quien llega a la casa con el único benefactor objetivo de ofrecer su compañía. Posiblemente en la mayoría de casos sean estos los auténticos "amigos para siempre" a la que hace alusión aquel cantar que alcanzó fama allá por el año 1992.

He podido contemplar en el aludido reportaje televisivo, como se llevan a cabo esas visitas y el grado de compenetración que alcanzan ambas personas. Era una gozada ver como se intercambian fotografías de sus años mozos, como se deleitaban en sus charletas mientras tomaban el café de la sobremesa. Ha sido en verdad un libro abierto de personas que sin conocerse en absoluto, han pasado como por arte de magia a ser incluso confidentes de sus propias andaduras individuales a lo largo de sus muchos años de existencia.

Sin duda, hay gente buena en el mundo que son felices convirtiéndose en portadores de la mayor de las felicidades; la amistad sincera.
Ello no tiene precio. Y más si ocurre en el ocaso de la vida.
Bienvenida la iniciativa de esos "amigos a domicilio". Bienvenida.

domingo, 28 de febrero de 2010

El sindrome del cuidador

La gran desgracia de los tiempos actuales es la que sufre el entorno familiar de aquellas personas dependientes de ayuda. La mayoría son ancianos que cargados de años se ven imposibilitados de valerse por si mismo. Todos esperan el apoyo deribado de la ayuda estatal de la Ley de Dependencia, pero ésta no llega como fuera de desear y menos en estos momentos en que la crisis económica lo invade todo. De cualquier manera, como estas prestaciones se hacen a través de los gobiernos autónomos, en unos sitios se cumple - dentro de las posibilidades- mejor que en otros. A este respecto, no puedo resistirme a trasladar a mis amigos de este blog lo que publica en su columna de ayer sábado en el periódico "El Mundo" Cayetana Guillen Cuervo que dice lo siguiente: "Cada Comunidad Autónoma mide los tiempos a su manera. Pero la vida cotidiana de las familias afectadas no perdona un instante de todos los que se necesita para cubrir un solo día. Parece que la Comunidad de Madrid es una de las más paralizadas. Y los dependientes y sus familias se encuentran solos, sin dinero, sin información y sin la más mínima comprensión de una realidad que ´jamás debería estar integrada en los laberintos de la burocracia. Porque es una absoluta prioridad... (y sigue en su reflexión, incluso comentando ejemplos vivos de impotencia de este verdadero drama)
Lo lamentable y grave es que ésto ocurra en una Madrid, el espejo a nivel internacional de nuestro país, mientras en otros lugares se van solucionando -aunque lentamente- los problemas que crea este drama, ya no solo para quien físicamente se encuentra en un estado de deterioro absoluto, sino para esa familia, especialmente mujeres que es sobre quien recae el hacer frente al problema, produciéndose un deterioro paralelo, el temido síndrome del cuidador, que al final culmina en un estado que precisa de ayuda y algún descanso o respiro para retomar con más fuerza- si cabe, cosa difícil por otra parte- su apoyo moral y físico.
Esa es la verdad de una situación insostenible a la que incluso Madrid (que debiera ser ejemplo) no se atreve a ponerle el "cascabel al gato" , mientras oímos discursos y palabras y más palabras que al fin se convierten en una gran desilusión para quien se encuentra en un estado de dependencia absoluta.
¡Menos palabras y más hechos"

jueves, 25 de febrero de 2010

Las jubilaciones del futuro

En Francia hay que trabajar 40 años para tener derecho a la pensión digna.
Necesariamente para ello hay que iniciar la vida laboral no más tarde de la edad de 25 años. La clave está en los receptores de la pensión y los cotizantes.
¿Tenemos los españoles la debida información a este respecto?

Mientras algunos lo dudamos, los más optimistas pensamos que gracias al Pacto de Toledo y a pesar del desencuentro inicial de todos los partidos políticos, va a ser posible alcanzar un acuerdo que razonablemente nos saque del túnel de la crisis y con ello sacar adelante la política económica de hoy y por supuesto todo cuanto afecta a los pensionistas del mañana.

Por el momento, parece ser que los ciudadanos no protestan energicamente contra las líneas llevadas a cabo por el Gobierno, a pesar de lo mucho que agobia la situación. Al menos eso es lo que se pudo apreciar al no asistir en masa a la manifestación convocada por los sindicatos el pasado día 23. Su ausencia quizá se deba a que no ven claro que se les vayan a recortar derechos adquiridos. Quizá también, esa ausencia millonaria, se deba a la nula credibilidad que hoy tienen los trabajadores respecto al presidente Zapatero y a los sindicatos.
¡Vaya usted a saber!

martes, 16 de febrero de 2010

Responsabilidad común ante la crisis

Decía el ilustre político español y alcalde de Madrid, don Enrique Tierno Galban que un pueblo bien informado, es un pueblo responsable y es entonces cuando se le pueden pedir esfuerzos individuales y colectivos.

Aquí llevamos más de dos años recibiendo una información deficiente sobre la gravedad de la crisis económica mundial y muy particularmente sobre la que nos atañe a nosotros. Probablemente se hizo mal para que no cundiese la alarma. Pero la realidad es que en ningún momento se dijo por parte del Presidente del Gobierno, que los españoles todos (desde el común de los ciudadanos, a las distintas administraciones del Estado, pasando por las entidades financieras y las empresas ligadas al mundo inmobiliario) habíamos vivido por encima de las posibilidades reales. La escasez de información hizo que los ciudadanos no tuvieran el grado de responsabilidad que le sensibilizase para asumir los sacrificios necesario con la finalidad de sacar el país adelante.

Ante esa coyuntura, se impone afrontar la situación y no enfrentar a unos contra otros. Aunque tarde, ha llegado el momento de que la sociedad se de cuenta que ha sido en su conjunto corresponsable por eso tenemos que buscar una solución a la problemática que nos tiene maniatados. Ha llegado el momento de la generosidad de sumar y no restar. Sabemos que muchos han hecho su fortuna bajo la especulación inmobiliaria y que no es tarea fácil el sacar a la luz sus trapicheos. Esta fuera de toda duda que la protección social verá mermada sus ambiciosos proyectos y que sobre las espaldas de los trabajadores por cuenta ajena caerá el mayor peso en esa anhelada salida de la caótica situación en que nos encontramos. También los indefensos autónomos serán un colectivo de los más perjudicados. Pero todo ello debe de decirse con la fe que da el declarar la verdad por encima de todo. Los pensionistas iremos capeando el temporal con las míseras pensiones que tenemos la mayoría de jubilados. Lo importante es el que todos arrimemos el hombre y para ello lo más importante es -aparte de ir con la verdad por delante- buscarles las cosquillas a quienes siguen teniendo ingresos salidos de "madre". Ese es el camino...el único camino.