viernes, 21 de agosto de 2009

Los perros sarnosos de la posguerra española

¡Hola amigos y amigas!
Tras mi farragoso escrito del pasado día 6, bueno será ahora que tratemos aspectos intrascendentes que nos sirvan de relajamiento en este infierno de verano que desde hace semanas estamos padeciendo.

Hoy no pienso mentar ni temas prioritarios para nosotros los "viejos resistentes", como bien pudieran ser las pensiones, la Ley de Dependencia etc. que tantas veces he sacado a relucir.

Hoy vamos a refrescarnos un poco la memoria "histórica" en clave de humor.
El titular de este escrito, menciona a los "perros sarnosos" de la posguerra española. A fe mía que ese calificativo de "perros sarnosos" se utilizaba mucho allá por los primeros años de la década de los 40 del pasado siglo, y no precisamente para aludir a los pobres canes que padecían esa enfermedad, si no a esa jauría de represores que se instaló por decisión gubernativa para amargar a los perdedores de la contienda incivil, la cual dicho sea de paso nos destrozó a todos los españoles durante años.

Pués bien, tampoco ese es el tema que me dispongo a describiros hoy. Lo de los perros sarnosos se refiere sola y exclusivamente a los no muy numerosos canes que, en aquella lejana época deambulaban por las calles como alma en pena. Algunas personas llegaron a morir de hidrofobia, o "rabia" (como solíamos llamar el pueblo llano) tras ser mordidas por alguno de estos animales que te provocaban el mayor de los susto cuando al doblar la esquina te dabas de bruces con uno de ellos.Su aspecto famélico casi saliendoseles las costillas de su endeble cuerpo daban una doble sensación mezcla de lastima y repugnancia. La sarna era cosa normal en aquellos desgraciados animales. Ellos eran el fiel reflejo de una sociedad desvalida en la que apenas a las familias les alcanzaba para sobrevivir. Cómo iban a dar acogida a un perro, habiendo. como habían necesidades perentorias que cubrir. Las gentes iban a su aire y los perros también.

Claro que eso -aunque jamás se olvida- pertenece a la "memoria histórica" de este país. Un país que en el transcurso de esos setenta años ha cambiado tanto, que hoy, hasta los perros son completamente distintos y se han trasformado en animales de compañía en lugar de perros callejeros como los de antaño.
Precisamente estos días he visto publicado en el diario digital CRÓNICA DE ARAGÓN un curioso artículo que he escrito en su sección de MAYORES y que he titulado "El hombre es el mejor amigo del perro". Me tomo la licencia de invitaros a que le echéis una ojeada marcando http://www.cronicadearagon.es/wordpress/?p=5181 . Allí podréis compobar lo distintas que son las cosas del ayer al hoy. Ya lo decía la zarzuela "La verbena de la paloma"; " Hoy los tiempos adelantan que es una varvaridad"
Y tanto. Hasta los perros han cambiado su estatus de vida. Así es como yo lo veo y es así como lo cuento en el referido escrito del citado periódico.
La buena memoria que tenemos - a pesar de los años que llevamos a la espalda- nos facilita el comparar situaciones como esta de los perros en que hoy me he recreado y que seguro si a algún octogenario le llega lo aquí descrito, coincidirá plenamente conmigo. Recordar, como dicen, es volver a vivir y aunque aquellas vivencias fueron bastante ingratas, lo importante es que ahí estamos nosotros para recordarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones.
Lo cual, no es poco. ¿Verdad?

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